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Israel bombardea ahora Beirut tras las explosiones en aparatos electrónicos

El Ejército israelí ha matado a 14 personas y herido a otras 66 (nuevas de ellas están críticas) en bombardeos este viernes sobre los suburbios meridionales de la capital libanesa, bastión de Hizbulah. Bulgaria y Taiwán insisten en desvincularse de los buscas detonados.

Destrozos causados por las bombas israelíes en los suburbios de Beirut.
Destrozos causados por las bombas israelíes en los suburbios de Beirut. (Anwar AMRO | AFP)

Al menos 14 personas han muerto y otras 66 han resultado heridas este viernes en un bombardeo israelí contra los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye, un importante bastión del grupo chií Hizbulah, según ha informado el Ministerio de Salud Pública de Líbano.

Equipos de la Defensa Civil Libanesa están buscando supervivientes entre los escombros de dos edificios que se han derrumbado.

El ataque, que el Ejército israelí ha definido como «selectivo», iba dirigido contra el alto comandante de Hizbulah Ibrahim Aqil, han confirmado fuentes de Defensa a la prensa israelí. Por el momento se desconoce si está entre las víctimas o no.

«Nuestros objetivos son claros y nuestras acciones hablan por sí solas», ha afirmado tras el bombardeo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

En un tono similar, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha afirmado que Israel seguirá atacando a Hizbulah hasta que ese objetivo sea una realidad (en realidad muchas de las víctimas de las explosiones en artilugios electrónicos son civiles).

«La serie de operaciones en la nueva fase de la guerra continuará hasta que logremos nuestro objetivo: garantizar el regreso seguro de las comunidades del norte de Israel a sus hogares», ha afirmado Gallant en un comunicado.

Bulgaria, Taiwán y los buscas

Entretanto, los Gobiernos de Bulgaria y Taiwán han marcado distancias con respecto a los miles de dispositivos que esta semana estallaron en Líbano, en un ataque achacado a Israel y que dejó al menos doce muertos y más de 2.300 heridos

Las autoridades de Bulgaria han asegurado que sus investigaciones apuntan «sin lugar a dudas» que los miles de dispositivos buscapersonas que explotaron de forma coordinada, no fueron fabricados, importados o exportados por el país europeo.

La Agencia de Seguridad Nacional de Bulgaria (NSSA) ha indicado en un comunicado que sus análisis –llevados a cabo junto a otros organismos, incluido el Ministerio del Interior– permiten determinar que «sin lugar a dudas» que «ningún aparato de comunicación fue importado, exportado o fabricado en Bulgaria, en relación con los que estallaron el 17 de septiembre de 2024 en Líbano y Siria».

Asimismo, ha destacado que la compañía Norta Global, mencionada en relación con estos incidentes, «no llevó a cabo transacciones sobre las que Bulgaria tenga jurisdicción relativas a la compra o venta de bienes».

«Norta Global no llevó a cabo operaciones financieras que caigan dentro del ámbito de la Ley de Medidas contra la Financiación del Terrorismo, ni mantuvo relaciones comerciales con personas o entidades sujetas a sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas o del Consejo de la Unión Europea», ha zanjado.

El organismo anunció el jueves que estaba examinando la posible vinculación de la empresa con los miles de buscas que estallaron el martes en Líbano. Las primeras pistas llevaron a la firma taiwanesa Gold Apollo, que rápidamente salió al paso de las sospechas señalando que había cedido los derechos de fabricación a una segunda empresa, BAC Consulting, con sede en Hungría.

Sin embargo, el Gobierno de Hungría indicó que BAC Consulting es un mero «intermediario comercial», sin capacidad de fabricación, por tanto, de los dispositivos, y fuentes citadas por el portal búlgaro Telex han declarado que fue en realidad una empresa con sede en Sofía, Norta Global, la que facilitó la venta de los dispositivos entregados a Hizbulah.

También el Gobierno taiwanés ha insistido en que los componentes de los buscas detonados «no fueron fabricados» en la isla. «Puedo decir con certeza que no han sido producidos en Taiwán», ha asegurado el ministro taiwanés de Asuntos Económicos, J. W. Kuo, desde sede parlamentaria.

Por otro lado, las autoridades han registrado las oficinas de las empresas Gold Apollo y BAC Consulting KFT y han interrogado al presidente de la primera, Hsu Ching Kuang, en el marco de las investigaciones en torno a la explosión.

Los registros han estado encabezados por la Fiscalía del distrito de Shilin y se han saldado con la incautación de libros de cuentas, contratos, acuerdos y documentos de exportación con el objetivo de esclarecer el procedimiento de fabricación y exportación de estos objetos, según ha informado la agencia estatal taiwanesa de noticias, CNA.

Los ataques del martes se vieron seguidos un día después por una oleada de explosiones en walkie-talkies también achacada a Israel, con un balance de víctimas total de cerca de 40 muertos y unos 3.000 heridos, según las autoridades libanesas. Los dispositivos habrían sido adquiridos por el partido-milicia chií Hizbulah, si bien por ahora no está claro cuántas de las víctimas son miembros del grupo y cuántas son civiles.

El carácter indiscriminado de los ataques, que quedó palpable con explosiones en lugares ajenos al ámbito militar o con gran afluencia de gente, ha sido criticado por Naciones Unidas, cuyo secretario general, António Guterres, ha instado a no utilizar como armas objetos civiles.

De hecho, el primer ministro interino de Líbano, Nayib Mikati, ha hecho un llamamiento al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que adopte una «posición firme» en contra de la «agresión israelí» y su «guerra tecnológica», mientras que el secretario general de Hizbulah, Hasan Nasrala, ha acusado a Israel de provocar una «masacre sin precedentes» y «superar todas las líneas rojas».