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El Alavés, orgulloso pero dolido por la agresión sin balón de Endrick que no fue roja

Indignado terminó el Alavés el partido que le enfrentó este martes en el Bernabeu al Real Madrid, después de que una clara agresión sin balón de Endrick al central Mouriño se saldara con una amarilla. Vinicius también debió ser expulsado por mofarse del cuarto árbitro.

Endrick mereció la expulsión tras la clara agresión cometida sobre Mouriño.
Endrick mereció la expulsión tras la clara agresión cometida sobre Mouriño. (EUROPA PRESS)

El Alavés terminó orgulloso por la reacción pero también indignado el partido que le enfrentó este martes al Real Madrid por la agresión sin balón de Endrick a Mouriño que no fue roja. Un clamor que se vio incrementado porque Vinicius también debió ser expulsado por mofarse del cuarto árbitro.

El Glorioso rozó la hazaña en el Bernabeu en el encuentro disputado contra los blancos este martes. Tras verse superado por la escuadra de Ancelotti durante más de 80 minutos y con tres goles en contra en el marcador, estuvo a punto de dar la campanada al conseguir dos tantos que olían al menos a un empate.

Al final no pudo ser, pero esa voluntariosa reacción como para que los albiazules se sintieran satisfechos del papel que habían hecho, se vio empañada por el injusto trato arbitral recibido por parte del colegiado Alejandro Muñiz Ruiz, apoyado en el VAR por Figueroa Vázquez.

Cuando el Alavés estaba poniendo contra las cuerdas al Real Madrid y ya se mascaba la reacción albiazul, Endrick le sacudió un rodillazo en la entrepierna al central Mouriño porque sí, sin que el que balón estuviera presente por los alrededores.


Las airadas protestas de los albiazules se resolvieron con una simple tarjeta amarilla por parte de Muñiz Ruiz tras consultar al VAR, donde ha generado absoluto asombro que no llegaran a plantear la expulsión directa del merengue. Y más aún cuando las únicas jugadas que pueden revisarse con videoarbitraje son las merecedoras de roja.

Por si no era suficiente con ese trato de favor hacia el Real Madrid, unos minutos más tarde, de nuevo emergió el doble rasero.

Vinicius fue sustituido en la recta final del encuentro por Fran García. Cuando se acercaba a la banda para abandonar el terreno de juego, se encontró con el cuarto árbitro indicando en el luminoso que el encuentro se prolongaría seis minutos.

Al ver cuánto se iba a alargar la contienda, Vinicius rompió a reír en la cara del colegiado. Una actitud despreciativa que probablemente en otro caso habría sido sancionada al menos con una amarilla, pero, una vez más, no fue así.


Si el trencilla hubiera aplicado esa sanción, el merengue habría sido expulsado, ya que previamente había visto una cartulina de ese color, por lo que no se hubiera podido producir el cambio y el Real Madrid se habría quedado con 10 jugadores.

Pero ni la agresión de Endrick ni la mofa de Vinicius recibieron la correspondiente sanción y el Real Madrid terminó el encuentro pidiendo la hora, pero con once jugadores sobre el terreno de juego.

El malestar en el Alavés era manifiesto y quedó encarnado en su entrenador, Luis García Plaza, que no daba crédito a lo que estaba sucediendo, especialmente con el rodillazo en las partes nobles que había recibido su central y que se había saldado con una magnánima tarjeta amarilla.

«Solo tiene intención de pegar»

Tan indignado estaba, que incluso le transmitió su malestar al entrenador blanco cuando se saludaron al terminar el encuentro. Lo curioso del asunto es que Ancelotti también estaba enfadado con el trencilla a pesar de lo mucho que le había perdonado a su equipo.

Según explicó García Plaza tras el partido en sala de prensa, tuvo un intercambio de palabras con el mister blanco en el que Ancelotti le había dicho que «alguna amarilla no era», a lo que el técnico del Glorioso le dijo «que le han perdonado una roja. Tuvimos que jugar los últimos diez minutos contra diez. Después a lo mejor no ganamos o nos meten otro gol, pero tienen que jugar sin ese jugador».

El entrenador albiazul se desahogó añadiendo que «nadie puede decir que no sea roja, todo el mundo lo ve. Además, entiendo que el árbitro no lo vea, pero para eso está el VAR. Es roja porque solo tiene intención de pegar. Es roja y reconozco que ha habido alguna amarilla del Real Madrid que se podía haber evitado, pero teníamos que haber jugado contra diez».

Agresión no, «derribo temerario»

Unos comentarios compartidos ampliamente en redes, ya que las imágenes son absolutamente concluyentes. Sin embargo, ni Muñiz Ruiz y, sobre todo, ni Figueroa Vázquez desde el VAR vieron lo evidente, tal y como plasmó por escrito el primero de ellos en su acta del encuentro.

En relación a la polémica jugada, el árbitro indica en el acta concretamente que «en el minuto 83, el jugador Moreira De Sousa, Endrick Felipe fue amonestado por el siguiente motivo: Por derribar de forma temeraria a un contrario».

Desde luego resulta ‘temerario’ propinar un rodillazo en la entrepierna a un contrario sin balón de por medio jugándote una merecida roja cuando tu equipo lo está pasando mal y puede llegar la remontada de un Alavés que se fue del Bernabeu derrotado e indignado, pero con la cabeza bien alta.