El partido gobernante Sueño Georgiano, una formación que trata de mantener cierta equidistancia en la pugna geopolítica entre Rusia y la Unión Europea en el este del Viejo Continente, logró la mayoría absoluta en las elecciones parlamentarias del sábado con el apoyo de más de la mitad de los votantes.

Ello supone el enfriamiento de las relaciones de Tbilisi con la UE, a la que el país caucásico aspira a ingresar.

E magnate y fundador de Sueño Georgiano, Bidzina Ivanishvili, ha repetido que estas relaciones se restablecerán tras el fin de la guerra en Ucrania, declaraciones a tono con la campaña electoral de Sueño Georgiano, que se promovió como el partido que evitaría un enfrentamiento bélico con Rusia, presuntamente instigado por «determinadas fuerzas» de Occidente.

Esta formación política, al frente del país desde 2012 y a la que pertenece el primer ministro, Irakli Kobajidze, logró el 54.086 % de los votos con el 99,6 % del escrutinio.

Los dos principales bloques opositores Coalición por los Cambios -integrado por el Movimiento Nacional Unido, fundado por el encarcelado expresidente georgiano Mijail Saakashvili, y el partido Estrategia de Renacimiento-, rondaron cada uno solo el 10%.

Los otros dos, Georgia Fuerte y Gajaria por Georgia, lograron respectivamente 8,78 % y 7,76 %, por lo que los cuatro bloques opositores acceden al Parlamento al superar el umbral del 5 %. Pero suman poco más que el 35% de los votos.

La oposición denuncia fraude

Kobajidze ha arremetido hoy contra la oposición, que se negó a reconocer el resultado, y defiende el futuro «europeísta» de Georgia.

La oposición, convencida de que desbancaría a Sueño Georgiano, rechazó inmediatamente los resultados presentados por las autoridades electorales.

«La CEC (Comisión Electoral Central) se ha subordinado al régimen policial de Bidzina Ivanishvili», insiste el diputado del bloque Unidad, Armaz Ajvlediani.

A su vez, el líder del Partido Laborista de Georgia, Shalvá Natelashvili, advierte la mano de Moscú tras estos resultados y denuncia que «estas elecciones fueron falsificadas siguiendo el método ruso».

La oposición georgiana, EEUU y la UE acusan al Gobierno de una deriva prorrusa con la aprobación de varias leyes que califican de represivas y copian normas rusas. Sobre todo la Ley sobre la Transparencia de la Influencia Extranjera, que la oposición considera semejante a la aprobada en Rusia para reprimir a la sociedad civil.

No se descarta que Georgia vuelva a sumirse en otra crisis política como la que sacudió al país tras las parlamentarias de 2020.