El consejero delegado de Repsol y expresidente del PNV, Josu Jon Imaz, no ha tardado en saludar el fin del impuesto extraordinario a las energéticas, anunciado este miércoles por el partido que dirigió. «El problema se ha terminado», ha dicho en una conferencia con analistas para presentar los resultados de los nueve primeros meses del año.
Inmediatamente Imaz ha confirmado además que mantiene las inversiones en el Estado español que amenazaba con retirar o desplazar a puntos como Portugal. Una de ellas, una «planta de valorización de residuos» prevista en Tarragona, sirvió a Junts para defender el fin del impuesto y también a Andoni Ortuzar para argumentar que temía que «se mate la gallina de los huevos de oro».
«Ahora es el momento para nosotros de enfocarnos en el futuro y las oportunidades que están por venir. Y esta positiva decisión que vimos ayer nos permite avanzar con las inversiones industriales que tenemos planificadas en España», ha confirmado Imaz.
Repsol se declara como el grupo más damnificado del sector energético en estos dos años por este gravamen especial, con el abono de casi 800 millones de euros -444 millones en 2023 y unos 335 millones de euros este ejercicio-. No consta que haya ocurrido lo mismo con la remuneración de Imaz, que en 2022 ascendió a 4,13 millones de euros según el informe de su propia empresa. Desde 2014 hasta ese año el exmandatario del EBB y exconsejero de Industria de Lakua había percibido 32 millones de euros de Repsol.
El contrapunto
La otra cara de la moneda de la cancelación del impuesto extraordinario, de mayor impacto social, la ha aportado LAB. Afirma en una nota que supondrá que Hego Euskal Herria disponga de 93 millones de euros menos para inversión pública.
«Las grandes empresas energéticas están teniendo beneficios históricos, y en lugar de tomar medidas para redistribuir la riqueza, el PNV trabaja para cumplir lo pedido por Josu Jon Imaz de forma destacada», dice el sindicato, que reclama que el impuesto a las energéticas pase a ser permanente. EH Bildu y ERC mantienen sus enmiendas en este sentido en el trámite abierto en el Congreso, por lo que Junts y PNV tendrán que posicionarse en las Cortes (el grupo jeltzale intentó el miércoles descargarse de responsabilidad, al tiempo que era él quien daba la noticia y no el PSOE).
Pello Otxandiano (EH Bildu) ha recordado este jueves en el Parlamento de Gasteiz que recientemente Iberdrola anunció que sus ganancias se habían incrementado un 50% y ha destacado que mantener los impuestos a los sectores bancario y energético sería «totalmente pertinente».
Respecto al acuerdo entre el PSOE y el PNV para que el tributo aplicado a la banca y a las multinacionales sea gestionado por las diputaciones forales, ha mostrado sus «dudas» sobre si esa concertación responde al objetivo de «gestionar e implementar desde aquí ese impuesto» o es «para gestionar desde aquí para impedir su implementación».
«Creo que hay más de lo segundo que de lo primero», ha afirmado, tras lo que ha recordado los «significativos» mensajes de dirigentes del PNV y también del lehendakari, Imanol Pradales, cuestionando el impuesto a las energéticas.