
El presidente electo de EEUU, Donald Trump, ha anunciado su intención de nombrar al exgobernador de Arkansas Mike Huckabee como embajador de Estados Unidos en Israel.
«Adora Israel y a la gente de Israel y, recíprocamente, el pueblo de Israel le adora. Mike trabajará sin descanso para la vuelta de la paz a Oriente Medio», afirmó Trump en un comunicado.
Huckabee es miembro de la comunidad evangélica alineada con el Estado israelí, con el que comparte la visión mesiánica de la ocupación. Como tal, ha liderado varios viajes a Israel.
En estas visitas y durante la campaña presidencial para las elecciones de 2016, en la que fue aspirante republicano en las primarias, mostró una entusiasta adhesión a la ocupación de Cisjordania y fue más allá, asegurando que la reclamación de Israel sobre este territorio palestino está más justificada «que los lazos de Estados Unidos con Manhattan».
Asimismo, defendió las colonias israelíes, ilegales bajo el Derecho Internacional, y sostuvo que no considera que Cisjordania esté ocupada prometiendo «mantener esta posición como presidente, incluso si eso significa desafiar a toda la comunidad internacional».
«Eso supondría que Israel robó las tierras de otros, pero no lo veo así», dijo durante la campaña, defendiendo la necesidad de los israelíes de «espacio adecuado para que puedan crecer y tener un lugar para sus hijos y nietos y las generaciones futuras».
Aliado contra Irán también
El nombramiento de Huckabee es música para los oídos del sionismo más ultra, que tras la elección de Trump ha aumentado la visceralidad de sus declaraciones, esperando acelerar el cambio de fuerzas en Oriente Medio.
Así, el ministro israelí de Finanzas, Bezalel Smotrich, aseguró el lunes que tanto Gaza como Cisjordania les serán «arrebatados para siempre» a los palestinos, y celebró el regreso de Trump a la Casa Blanca como el momento idóneo para lograr la anexión definitiva de Cisjordania, quejándose de que el Gobierno de Joe Biden no había colaborado lo suficiente.
Sin embargo, Biden ha mostrado un respaldo sin fisuras a Israel, regándolo con miles de millones de dólares para ampliar sus arsenales mientras lleva a cabo matanzas diarias en Gaza, lo ha protegido de las acusaciones de genocidio y ha rechazado el alto el fuego en la ONU.
Tampoco ha revertido los pasos dados por Trump durante su legislatura, como el traslado de la embajada de EEUU a Jerusalén, contraviniendo el consenso internacional, o los Acuerdos de Abraham para acercar las satrapías árabes a su aliado israelí.
El Gobierno israelí también tiene en Huckabee un aliado en su conflicto con Irán, algo peligroso en un momento en el que sugiere atacar sus instalaciones nucleares, como ha hecho este martes el ministro de Defensa, Israel Katz, al señalar que «son más vulnerables que nunca».
En 2015 acusó al entonces presidente, Barack Obama de «llevar a los israelíes a las puertas de los hornos» con el acuerdo nuclear iraní.

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