Ramon Sola
Aktualitateko erredaktore burua / Redactor jefe de actualidad

La oferta vasca se hace con el 30% de Talgo y espera ahora que la sede vuelva a Gasteiz

Sidenor ha cerrado este viernes un principio de acuerdo para hacerse con el 29,77% de Trilantic en Talgo. El consorcio vasco apoyado también con fondos públicos tratará ahora de que la sede de la empresa vuelva a Gasteiz, para apuntalar así de paso la planta de Ribabellosa.

Representantes del consorcio vasco que ha participado en la operación.
Representantes del consorcio vasco que ha participado en la operación. (Sidenor)

El culebrón en torno al futuro de Talgo empieza a llegar a su final este viernes con la confirmación de que la compra del 29,77% de la compañía por la oferta vasca liderada por Sidenor. Con ello se espera no solo mantener la producción en Euskal Herria, sino también presionar para que la empresa vuelva a tener su sede en Gasteiz y no en Las Matas (Madrid) como ocurre en la actualidad.

La resolución se ha confirmado este viernes por la tarde. El consorcio vasco liderado por Sidenor y en el que también participan Lakua, BBK y Vital ha cerrado este viernes un principio de acuerdo con Trilantic para adquirir su 29,77% de participación en Talgo, según ha confirmado la Diputación foral de Araba en un comunicado.

Esta propuesta conjunta fue presentada el pasado jueves al fondo británico, que había dado de plazo hasta este viernes para que se presentaran ofertas, sin que se haya formalizado ninguna otra, pese a que la empresa polaca Pesa y la india Jupiter Wagons habían mostrado su interés.

Desde la presentación de esa oferta, se han intensificado las negociaciones entre el consorcio vasco y Trilantic hasta que finalmente este mismo viernes se ha alcanzado un principio de acuerdo.

Las condiciones económicas pactadas en este principio de acuerdo incorporan una actualización de la oferta que el consorcio vasco había trasladado a los propietarios de las acciones el 6 de febrero, que eleva el precio hasta un máximo de 5 euros por título.

El precio está estructurado en dos tramos: un primer tramo fijo de precio por acción de 4,15 euros y un segundo tramo variable de precio por acción de 0,85 euros y que dependerá, en todo caso, del cumplimiento por parte de Talgo de determinadas magnitudes financieras durante los ejercicios 2027 y 2028.

Dichas condiciones deberán ser concretadas antes de la firma del acuerdo final. El principio de acuerdo y en su caso el acuerdo definitivo deberá ser sometido a la aprobación de los respectivos órganos de gobierno de todas las partes vinculadas al mismo.

Sidenor ha señalado a través de un comunicado que «la operación permite mantener en manos locales la propiedad de una compañía estratégica, que dispone de una tecnología puntura en el sector ferroviario y que tiene futuro por delante».

Apoyo estatal

La operación se liga con el freno puesto por el Gobierno estatal a la última aspirante a opa llegada con fuerza desde el exterior, por parte de la polaca Pesa. El Ejecutivo Sánchez habría trasladado el mensaje de que podría vetar la operación, como ya hizo con la anterior propuesta llegada de Hungría en verano pasado.

La operación ha venido acompañada del freno del Gobierno español a las diferentes opas planteadas desde países como Hungría, en un primer momento, y Polonia e India estas últimas semanas. En ellas se pretendía la compra de una parte más importante de las acciones (en el caso polaco del 100%). La propuesta húngara, de Magyar Vagon, fue bloqueada de entrada por el Ejecutivo Sánchez esgrimiendo cuestiones de «seguridad nacional», mientras que las otras dos no han llegado a ponerse sobre la mesa ante la posibilidad de que ocurriera otro tanto. Desde círculos de la derecha española se apunta a algún tipo de acuerdo político al respecto entre PNV y PSOE y se insinúa que la solución alcanzada será peor para el futuro de la empresa y los inversores puesto que las ofertas extranjeras tenían más fuerza.

La realidad es que Talgo tiene raíz vasca empezando por su inventor: Alejandro Goicoechea, nacido en Elorrio. Las siglas responden a la denominación Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol. La empresa se fundó en 1942 y, si bien su origen estuvo en Euskal Herria, al tener como comprador principal a Renfe acabó desplazando su sede a Madrid. Con todo, la principal planta estatal sigue en Araba, en Ribabellosa, con 700 trabajadores. Según fuentes empresariales, hasta 4.000 empleos en Euskal Herria dependen de Talgo de modo indirecto.

Mikel Jauregi: «Se fortalece el desarrollo industrial»

El consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, ha destacado que esta operación, en la que entiende que se han cumplido todos los objetivos que se planteaban, «ha culminado de la mejor manera posible para fortalecer el desarrollo industrial de nuestro país, garantizando el arraigo de una empresa tractora para Euskadi, basado en un proyecto industrial sólido y de futuro, que mantiene su actividad en nuestra tierra y asegura los puestos de trabajo de más de 700 familias, y otros 5.000 puestos de trabajo indirectos que genera su actividad en nuestro territorio».

Jauregi ha puesto en valor el papel que ha jugado José Antonio Jainaga, «un gran empresario con compromiso de país y vocación industrial. Sin su involucración absoluta en el proceso, esta operación no hubiese sido posible».

El consejero ha subrayado que esta operación «representa el mejor ejemplo de la colaboración público-privada como vía para fortalecer la industria de Euskadi y, con ella, el bienestar de toda la sociedad vasca. Tenemos claro que la industria es el motor y la fuerza de Euskadi, y lo que garantiza nuestro alto nivel de vida, generando riqueza y empleo. La operación exitosa que hoy se ha producido es una apuesta por más y mejor industria».

En una entrevista previa a la noticia en Radio Euskadi, Jauregi ha admitido que en el acuerdo no se garantiza que la sede de Talgo retorne a Araba. «Ahora toca lo que toca y luego ya seguiremos hablando y haciendo cosas», ha dicho. Desde las instituciones no se descarta siquiera algún tipo de acuerdo posterior con las aspirantes húngara, polaca o india, por lo que habrá más capítulos en esta historia.

El lehendakari Imanol Pradales ha calificado de «muy buena noticia» la operación del consorcio vasco «para atraer y enraizar Talgo en Euskadi». Además, cree que, de esta forma, se ha demostrado «capacidad para competir ante terceros y movilizar capital público y privado en una apuesta industrial de país».

Por su parte, el diputado general alavés, Ramiro González, ha valorado que «la entrada del consorcio vasco en Talgo es una extraordinaria noticia para Álava. Recuperamos una de nuestras señas de identidad industriales y reforzamos nuestro tejido empresarial».

EH Bildu: «Es una buena noticia»

Una vez que se ha confirmado el acuerdo, el portavoz de EH Bildu en el Parlamento de Gasteiz, Pello Otxandiano, lo ha considerado «una buena noticia», incidiendo en el respaldo del Ejecutivo de Lakua y las fundaciones BBK y Vital a la operación. «Valoramos especialmente el uso adecuado del sistema financiero vasco para el arraigo de una empresa estratégica en el territorio», ha manifestado.

«Es fundamental que la propiedad de las industrias estratégicas no pase a manos extranjeras y que los gobiernos y entidades financieras garanticen su estabilidad. Asimismo, resulta clave mantener y arraigar un empleo de calidad en el tejido empresarial de Euskal Herria, evitando la subordinación a los intereses de fondos de inversión internacionales o de agentes especuladores», ha expuesto Otxandiano.

Para los soberanistas de izquierda, los casos de Gamesa y Guardian han evidenciado los riesgos de que capital extranjero tome el control de empresas estratégicas. «Afortunadamente, la operación de Talgo pone en cuestión la visión neoliberal impuesta en las últimas dos décadas, ya que promueve la participación pública en la propiedad empresarial», ha señalado su portavoz parlamentario en Gasteiz.

EH Bildu considera que la intervención en operaciones industriales a través del fondo Finkatuz es «necesaria» si se refuerza el control público de la empresa, «garantizando que el Gobierno Vasco tenga un peso real en las decisiones estratégicas y no se limite a ser un accionista pasivo».

También estiman importante que se establezcan mecanismos para proteger el empleo y asegurar condiciones laborales de calidad y, además, que los centros de decisión se mantengan en Euskal Herria, «proporcionando estabilidad a la cadena de proveedores del país».