
Un agente de la Ertzaintza que ha comparecido como testigo en el juicio contra un monitor de surf de Hondarribia, acusado de agredir sexualmente a once de sus alumnos varones menores de edad, ha declarado que las víctimas quedaron muy traumatizadas por lo sucedido y sus progenitores «destrozados», porque consideraban al procesado como un amigo que había abusado de su confianza.
Este ertzaina tomó en su día declaración a varias de las víctimas y a sus padres, y también visionó cerca de 4.200 archivos de pornografía infantil que fueron incautados en el ordenador del inculpado.
Durante la séptima jornada de esta vista, que tiene lugar desde la semana pasada en la Audiencia de Gipuzkoa, también han declarado dos psicólogas forenses que se entrevistaron con las víctimas, en la mayoría de las cuales detectaron indicadores de una afectación psicológica notable.
Desconfianza, estrés, dificultades y malestar emocional han sido algunos de los síntomas comunes que han descrito para la mayoría de los perjudicados, en quienes también apreciaron sensaciones de rabia, decepción y frustración porque «se les había caído un mito», ya que para ellos el monitor de surf era una figura de referencia.

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