Tecnología israelí al servicio del genocidio
La instauración-imposición del Estado de Israel ha ido siempre de la mano de la invención y prueba de nuevas tecnologías militares de represión y crímenes. En este artículo se destacan las herramientas más letales que el Ejército israelí ha utilizado en la Franja de Gaza.

Los actos de genocidio que Israel está perpetrando, en primer lugar en Gaza, y también en Líbano y Cisjordania, tienen eufemismos israelíes como «la guerra de las espadas de hierro» o «la primera guerra digital». En este genocidio, el ejército israelí ha puesto en acción las últimas tecnologías para causar el máximo número de pérdidas humanas y materiales.
«Columna de fuego» y «Evangelio»
Forman parte del proyecto de digitalización del Ejército. «Columna de Fuego» es una aplicación que se descarga en móviles especiales que tiene cada comandante sobre el terreno. La aplicación mapea para el comandante la posición de su tropa y le provee de conciencia situacional. La aplicación se actualiza constantemente desde la sede de mando, que recibe todos los datos vía drones, satélites e información «humana».
«Evangelio» es un sistema de IA integrado en la red informática de las sedes de mando y control de las fuerzas terrestres, la marina y el Ejército del Aire israelíes. Dentro del proceso de alimentación con datos por los drones y las tropas desde el terreno o desde el aire, el sistema va proponiendo a los comandantes cientos de «objetivos» y «blancos» en fracciones de segundo, y los clasifica en categorías y prioridades. Estos sistemas fueron desarrollados por la Unidad 8200 del cuerpo de inteligencia militar israelí, conocida como la unidad del «Ciber».
«Aguja de hierro»
Es un nuevo sistema de mortero de 120 milímetros, montado en vehículos blindados y con un alcance de hasta 12 kilómetros. Su letalidad radica en su capacidad de penetrar 20 centímetros de hormigón y hasta 6 metros en la tierra antes de explotar. Con este sistema se destrozaron barrios enteros. Este mortero lo fabrica la empresa estatal israelí Elbit Systems. El Ejército español adjudicó a esta compañía un contrato de 4.5 millones de euros para adquirir sistemas de comunicación y soluciones técnicas.
«La bestia de hierro»
Israel copió lo que hicieron los turcos en la guerra de Nagorno Karabaj/Artsaj, cuando convirtieron los antiguos aviones soviéticos An-2 en drones para descubrir y destruir los sistemas de defensa antiaérea armenios. En el caso de Israel, han convertido grandes cantidades de vehículos blindados M113 en vehículos controlados a distancia, a veces cargados con explosivos y a veces no, para enviarlos a zonas no reconocidas.
Los vehículos militares también llevan cámaras para recoger imágenes. Al enviarlos, se puede identificar la presencia de combatientes o simplemente destruir un barrio entero con grandes cantidades de explosivos.
Las variedades de drones
Según los datos del Ministerio de Defensa israelí, publicados el pasado febrero, los vuelos de drones constituyen el 60% de las horas de vuelo del Ejército del Aire desde el comienzo del genocidio, el 7 de octubre de 2023, y el 50% de las masacres en la Franja de Gaza fueron por fuego de drones.
El Ejército israelí, a través de las unidades 636 (unidad especial de drones) y la unidad 5353, que pertenece al cuerpo de artillería, utiliza un gran abanico de drones, desde los microdrones del tamaño de la palma de la mano, como el «Lanius» fabricado por Elbit Systems, hasta los cuadricópteros Wolverine, fabricados por la empresa israelí Xtend.
Los microdrones vuelan por todas partes de la Franja de Gaza, entran por ventanas o pasean por las callejuelas grabándolo todo y enviando imágenes en vivo. Los cuadricópteros tienen varios usos: algunos llevan megáfonos para transmitir mensajes del Ejército a los civiles, otros llevan granadas o ametralladoras para lanzar fuego contra civiles o combatientes armados.
La lista de invenciones y tecnologías israelíes no es exhaustiva. Todavía existen armas que el Ejército no ha hecho públicas. En esta imagen distópica de ciencia ficción perversa viven millones de personas ahora mismo. Y aunque el momento es oscuro y duro, el boicot académico y científico puede tener un impacto positivo.
Actualmente, hay una campaña en la Universidad de Zaragoza para que la institución rompa sus relaciones con entidades israelíes y deje de acogerlas en eventos organizados en la ciudad. En este contexto, cabe mencionar que la patente del programa ORB-SLAM3, un sistema de localización y mapeo, pertenece a la Universidad de Zaragoza, y que el programa está siendo utilizado por la empresa israelí Sightec.

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