Imanol  Intziarte
Redactor de actualidad, con experiencia en información deportiva y especializado en rugby
Elkarrizketa
Ana Geranios
Periodista y escritora, autora del libro ‘Verano sin vacaciones. Las hijas de la Costa del Sol’

«No había conciencia de lo erosivo del turismo hasta que la gente no ha tenido dónde vivir»

Lo que empezó como un breve saludo en Facebook se convirtió en un libro en el que Ana Geranios cuenta su experiencia como camarera durante un verano en Puerto Banús y reflexiona sobre aspectos tan globales como el turismo, la precariedad laboral o las dificultades en el acceso a la vivienda.

Ana Geranios posa con su libro en un bar de Donostia.
Ana Geranios posa con su libro en un bar de Donostia. (Andoni CANELLADA | FOKU)

Ana Geranios es una periodista y escritora andaluza que en 2023 publicó ‘Verano sin vacaciones. Las hijas de la Costa del Sol’, un pequeño libro dividido en dos partes. En la primera narra a modo de diario sus experiencias trabajando como durante dos meses como camarera en Puerto Banús, una zona de ‘alto standing’ en la turística Marbella. Fueron sesenta días con solo cuatro jornadas libres. La segunda parte es un breve ensayo en el que reflexiona sobre el turismo, la precariedad laboral, las dificultades en el acceso a la vivienda…

El pasado fin de semana estuvo en Gipuzkoa para presentar su libro en Donostia y posteriormente acudir como ponente a las II Ekotopaketak, organizadas en Arrasate por Jauzi Ekosoziala.

Se crió en San Pedro de Alcántara, cerca de Marbella…

San Pedro pertenece al término municipal de Marbella, es una pedanía que lleva muchos años luchando por la independencia, porque todos los recursos se quedan en Marbella. En su día era una colonia agrícola, de cultivos, pero también vinculada con el mar.

Cuando nace, en 1988, la Costa del Sol ya llevaba tiempo siendo un enclave turístico de primer orden…

Antes San Pedro era como el pueblo de la clase trabajadora de Marbella y Puerto Banús. Desde hace unos años, como el turismo es tan expansivo, los lugares cercanos a sitios turísticos se acaban convirtiendo también en sitios turísticos. Puerto Banús está a 4 kilómetros, Marbella a 9.

Antes trabajábamos en Puerto Banús o Marbella, pero vivíamos en San Pedro con cierta tranquilidad. Ahora se oferta como un pueblo al lado de Marbella con cierta esencia, pero eso se está perdiendo también, porque ya no se puede vivir. Nunca he conseguido independizarme en mi pueblo, hasta que no hemos tenido 34-35 años ni mis amigas ni yo hemos podido desvincularnos de nuestro núcleo familiar.

Porque el encarecimiento de la vivienda sigue el mismo modelo expansivo que el turismo…

No ha habido conciencia de lo erosivo que ha sido el turismo en nuestra zona hasta que la gente no ha tenido dónde vivir. Hasta que ves que lo que antes costaba 400 euros ahora cuesta 1.000 o 1.200. Eso está haciendo despertar a la gente.

En San Pedro se vivía muy bien, era un sitio barato y con sueldos de la Costa del Sol. Mi padre me contaba que en los años 80-90 vivían de las propinas y podían ahorrar el sueldo. Te podías comprar una casa, un coche, tener tu familia… ahora eso ya no es posible. Yo creo que por eso antes se aguantaban esas jornadas laborales, pero ahora no tiene sentido aguantar jornadas de 12-14 horas.

Me habla de su padre, así que ya tenía conocimiento familiar de lo que era el mundo de la hostelería…

La hostelería es un trabajo en el que casi siempre falta personal, al menos en mi experiencia. Siempre con las tuercas apretadas, menos gasto para el hostelero. De pequeña lo asumes, pero te das cuenta de que tu padre nunca está los fines de semana, no puedes almorzar o cenar con él, no le ves durante las vacaciones de verano. No es el peor trabajo del mundo, pero está muy mal organizado, la gente no tiene vida.

Se ha naturalizado, y ese es uno de los motivos del libro, que el trabajo de los camareros ‘es así y te tienes que aguantar’, pero no tiene por qué. Se está tomando cierta conciencia y creo que irán cambiando las cosas. No eso de ‘aquí se sabe cuándo se entra pero no cuándo se sale’.

No tenía pensado escribir el libro. Yo vivía fuera de mi pueblo, y llegué el día en que empezaba a trabajar, y para avisar a mis amistades de que había vuelto escribí «hola» en Facebook, y así empieza el libro. Fue un diario que escribí en Facebook, y luego recopilé todo y decidí autopublicarlo. El diario me salvó, porque iba al trabajo con ganas de ver qué me pasaba, de lo contrario hubiera sido un horror.

Ahora se habla mucho de desestacionalizar el turismo, de que no se concentre en unas fechas determinadas…

Pero lo que se quiere es que haya turismo en verano y también en invierno. Me parece peligroso porque busca la dependencia casi total del turismo. ¿Y cuando se acabe? Por ejemplo con el covid, toda la hostelería se echó las manos a la cabeza. Solo hay un tipo de industria en un entorno tan grande como la Costa del Sol, que son 200 kilómetros de costa.

Ha presentado el libro en diferentes lugares. No sé si conoce sus realidades, si son comparables…

Mi hermana trabaja en Francia en la hostelería, yo también he trabajado allí, y está mucho mejor pagada, mucho mejor regulada. Apuntas cuando entras y cuando sales de verdad. Pero aquí, salvo empresas concretas, funciona casi todo igual. He presentado el libro en Alicante, Madrid, Valencia, León, Toledo, Valladolid, Gijón… y los problemas son los mismos, sobre todo la vivienda y el encarecimiento de la vida para la población local.

Los protagonistas son los turistas, y nosotros somos secundarios, extras. Se cuida que el turista venga, pero se descuida a la población local, que es el motor de la economía. Por ejemplo Toledo, que es tan diferente a Marbella, se ha convertido en un escenario, y en el centro no se puede vivir. Hace que la gente se tenga que marchar y que se rompan las redes que se han ido tejiendo durante años.

Sucede que todos somos en algún momento población local y en algún momento turistas. Vivimos en nuestras propias contradicciones… 

Es un problema que nos afecta a todo el mundo, la clave es la gestión. Hay personas que toman decisiones y que permiten que se habiliten pisos turísticos, que haya más hoteles, que se construya en lugares protegidos… Siempre se ha viajado. Se democratizó el turismo y está bien que la gente se mueva, que vaya a otros sitios, que conozca, pero lo de ahora es como un plan estratégico para destrozar todos los entornos.

Se habla también de decrecimiento, pero el turismo y la hostelería generan empleo, PIB, impuestos, hay mucha gente que vive de ello…

Si al menos la gente viviera bien. ¿Por qué se invierte en turismo en vez de en educación o en salud? En muchos trabajos de verano, si enfermabas te echaban directamente, he visto a gente trabajando como zombis, con esguinces…