A Euskal Herria. Al muro popular
«Por tanto, mis últimas palabras, son sin dudarlo para enviar fuerza, ánimos y agradecimientos. En primer lugar, a todas las personas que de una manera u otra han tomado parte en esta dinámica. En segundo lugar, a Luis. Desde donde estoy a donde estés, el abrazo más caluroso que pueda dar es para ti. Más pronto que tarde nos veremos en Barañáin, como personas libres, en una Euskal Herria libre.»
Han pasado dos meses desde que Maider, Aritz, Luis y yo decidimos escondernos ante la entonces inminente sentencia del Tribunal Supremo. Entonces, Mikel todavía estaba encarcelado. En ese «sorteo» judicial tan cruel como aleatorio, Luis y yo fuimos «premiados» con una condena de 6 años de cárcel.
La decisión de escondernos fue personal, eso sí, basada en un planteamiento y enfoque colectivo. Nos escondimos precisamente para visualizar nuestra situación injusta y la de cientos de personas que sufren de la misma manera. Concretamente, como ya hemos dicho, para colocar nuestra piedra en el camino que crea las condiciones a la hora de construir un muro popular a nuestro alrededor.
Por lo tanto, personalmente me situé en torno a la lógica del muro popular. Una iniciativa amplia y variada, que tiene como objetivo acabar definitivamente con estas situaciones, tomando como base la desobediencia pública y la activación social. Dentro de esta lucha, siguiendo el recorrido de esta dinámica, tenía asumido que, de un modo u otro, aparecería a la luz del día y pese a que les costaría, sería detenido. De la misma manera, mi encarcelamiento como siguiente paso. Con el trabajo actual, espero y estoy seguro de que la cárcel no será parte de este viaje para nadie.
Tengo claro que el camino del muro popular sigue siendo una de las experiencias de trabajo más valiosas que han surgido en Euskal Herria en los últimos tiempos. Es de resaltar la labor que los muros populares de Iruñerria y Barañain realizan. Nos sentimos arropados y cuidados.
Durante estos dos largos y duros meses, mi perspectiva personal y mis sentimientos han ido transformándose paulatinamente. A día de hoy, no me veo capaz de mantener la decisión tomada en un principio. Ya he estado en la cárcel. No quiero pasar por lo mismo. Otros seis años preso de la ruin política penitenciaria del estado. No quiero.
He tomado la decisión de dar la espalda a la cárcel. Mi nuevo objetivo es tener una vida lo más normal posible en la calle. Se puede decir pues que seguiré desobedeciendo, pero no en torno a la dinámica del muro popular, ni bajo el amparo de las personas que trabajan en este espacio plural y amplio. Sé que ahora tampoco me faltarán amigas y amigos. Enfilo otro camino. Si esta decisión la hubiera tomado antes, sería más fácil para todas y todos, pero las cosas no suceden siempre como se esperan. Tengo el convencimiento de que me entenderéis.
Esto, sin embargo, no cambia nada. El camino del muro popular en general y el trabajo que particularmente se está realizando en Iruñerria y Barañain sigue teniendo el mismo valor. Está claro. Piedra a piedra, pueblo a pueblo, debemos seguir construyendo el muro, con el auzolan y la desobediencia como base. Hoy, en torno a Luis. Mañana, apoyando y protegiendo al resto de encausados y encausadas.
Por tanto, mis últimas palabras, son sin dudarlo para enviar fuerza, ánimos y agradecimientos. En primer lugar, a todas las personas que de una manera u otra han tomado parte en esta dinámica. En segundo lugar, a Luis. Desde donde estoy a donde estés, el abrazo más caluroso que pueda dar es para ti. Más pronto que tarde nos veremos en Barañáin, como personas libres, en una Euskal Herria libre.
Gora euskal harresiak! Gora Euskal Herria!