Laura Gonzalez de Txabarri, Koldo Saenz, Oskar Arenas, Felix Irizar y Marije Etxebarria
ELA, LAB, CCOO, ESK y Steilas

Apuntes sobre Venezuela

El imperio norteamericano sabe perfectamente el peso de Venezuela en la región y, sobre todo, el peso del país caribeño en el bloque Alba, y por ello ha activado toda la artillería a su alcance para intentar ahogar al gobierno de Nicolás Maduro y al pueblo de Venezuela.

Vivimos unos tiempos convulsos en América Latina, donde la paz y la convivencia en la región está en serio peligro ante los tambores de guerra que nos llegan desde el continente americano. La magnitud del hipotético desastre humanitario es de tal calibre, que vemos la necesidad hacer un llamamiento a la sociedad vasca a favor de la paz, del diálogo y la defensa de la soberanía nacional de Venezuela y contra la intervención militar y por lo tanto, la guerra.

Seguramente no diremos nada nuevo si decimos que Venezuela lleva años padeciendo los ataques de un imperialismo norteamericano que pretende poner fin al proceso bolivariano, para poder tener un gobierno títere en el país latinoamericano que les ayude en el control de las grandes riquezas naturales que posee Venezuela.

La victoria de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales del 6 de diciembre del 1998 supuso un cambio de paradigma en el continente americano que supuso el comienzo de un proceso emancipatorio y de cambio en una región que quería dejar de ser el patio trasero norteamericano para empezar a construir procesos de cambio que anteponían el progreso y el bienestar de las clases populares por encima de los intereses socio-económicos de la oligarquía. La IV Cumbre de las Américas en Mar de Plata, en noviembre del 2005, donde los gobiernos de izquierda de Venezuela, Brasil, Uruguay dibujaron un polo progresista, hicieron saltar todas las alarmas en Washington.

Hoy en día, América Latina vive un contexto totalmente diferente. Cayeron gobiernos progresistas en Argentina y Brasil, y nuevos gobiernos de derechas, reaccionarios e incluso fascistas, pretender revertir sus dinámicas y políticas. De la anterior fase de expansión y ofensiva de los procesos emancipadores y progresistas hemos pasado a una fase de resistencia frente a la ofensiva neoliberal. La ofensiva es de tal calibre que resistir la embestida en cierta manera es vencer.

Los golpes de Estado y las dictaduras militares han dejado paso a estrategias desestabilizadoras e iniciativas judiciales que se podrían denominar como golpes suaves, siendo el caso más paradigmático el de Brasil con el impeachment de Dilma Rousseff y el procesamiento y encarcelamiento de Lula da Silva.
Venezuela es un país con unas abundantes riquezas naturales que hace que los Estados Unidos quieran tenerlas, a toda costa, bajo su control. Las riquezas de gas, coltán y sobre todo, el petróleo, con mayores reservas que Arabia Saudita, por poner un ejemplo. El imperio norteamericano sabe perfectamente el peso de

Venezuela en la región y, sobre todo, el peso del país caribeño en el bloque Alba, y por ello ha activado toda la artillería a su alcance para intentar ahogar al gobierno de Nicolás Maduro y al pueblo de Venezuela.

Esta estrategia desestabilizadora que comenzó con «guarimbas» y disturbios callejeros que provocaron que, con la inestimable colaboración de los grandes medios de comunicación, se crearan noticias falsas que responsabilizaban al chavismo de lo que estaba sucediendo. Esta estrategia evolucionó a sanciones económicas, sabotajes eléctricos y la joya de la corona; auto-proclamación como presidente legítimo de Venezuela de Juan Guaidó, que en seguida fue reconocido por los Estados Unidos, sus aliados y 15 de los 28 estados de la Unión Europea.

El intento de aislar Venezuela económica y políticamente no ha dado los frutos deseados y eso está haciendo que los tambores de guerra suenen cada vez más fuerte en la región, y que los rumores sobre una posible intervención militar en Venezuela sean cada vez más fuertes. Van a por todo el pastel y para ello, están dispuestos a usar todas las armas a su alcance incluida una intervención militar que supondría una auténtica catástrofe en América Latina.

Ante esta situación, en Euskal Herria, diferentes organizaciones políticas, sociales y sindicales como las firmantes de este escrito, hicimos pública una declaración en contra de la injerencia externa y la intervención militar en Venezuela. Las y los firmantes denunciamos en el escrito una escalada que nos está llevando a un endurecimiento del bloqueo que sufre el país y a una peligrosa escalada bélica.

En esta situación tan crítica, creemos necesario manifestar y reforzar en Euskal Herria nuestra defensa a la soberanía nacional de Venezuela, de su Gobierno y sus instituciones, así como al respeto de la voluntad popular expresada en múltiples ocasiones. Nos parece especialmente importante el esfuerzo por el diálogo y la paz realizado por México, Uruguay, Bolivia y 14 países del Caribe.

Desde el movimiento sindical vasco, acompañamos y nos adherimos a las iniciativas de diálogo y negociaciones políticas que tienen como objetivo la paz en la región y el mundo, y mostramos nuestro compromiso para evitar y denunciar una posible intervención militar extranjera.

Es importante que aquí y ahora reforcemos esta iniciativa y sumemos a más gente a lo que pretende ser una aportación desde un pequeño país a la paz, al diálogo, y al respeto de Venezuela como país soberano.

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