Mientras las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos siguen trabajando en una salida al componente armado del conflicto, además de negociando cuestiones de tipo social y político que están en la raíz del conflicto, en las prácticas sociales, políticas y militares de lo regional, se ha producido un repunte de la represión a la oposición social y política.

La oposición social y política en Colombia es un gran conglomerado de colectivos de campesinos e indígenas, afrodescendientes y estudiantes, mujeres y académicos, que ante todo defienden los Derechos Humanos, y que dedican su esfuerzo a transformar el país en una sociedad justa a través de un proceso de paz completo y con garantías.

Estos movimientos sólo persiguen la posibilidad de construir un proyecto que acabe con los problemas endémicos que arrastra un país ejemplo de las pobrezas y riquezas que genera la guerra. En medio de los acontecimientos marcados por los diálogos de la Habana, El Movimiento Social y Político Marcha Patriótica se ha ido convirtiendo en uno de los movimientos con mayor capacidad de organización y movilización de la sociedad colombiana por la paz con justicia social.

Esta organización política –que presumiblemente no se presentará a las próximas elecciones de 2014 estuvo en el núcleo de la marcha por la paz del pasado 9 de abril. Dicha movilización es recordada por los colombianos como una de las más multitudinarias de la historia. Prensa colombiana nos cuenta que el lunes 10 de noviembre ha sido asesinado Roberto Cortes, portavoz de Marcha Patriótica en el departamento de Huila. Hombres desconocidos han cometido el 25º asesinato del año 2013 contra miembros de este movimiento de carácter pacífico, donde participan colectivos como Colombianas y Colombianos por la Paz encabezada por Piedad Córdoba.

Durante los últimos meses, Marcha Patriótica está desarrollando una iniciativa de paz de grandes dimensiones en los departamentos de la nación. Las Constituyentes por la Paz con Justicia Social se están convirtiendo en espacios de participación ciudadana y popular, desde donde los colectivos y personas del pueblo colombiano más castigados por los más de 60 años de guerra expresan sus propuestas para la paz.

Que la participación de la ciudadanía debe ser el centro de la construcción de un proceso de paz sostenible, es una cuestión unánime en los estudios por la paz. En Colombia siguen siendo asesinados aquellos que dan voz a los sectores populares oprimidos, asesinados por grupos armados de extrema derecha que han operado históricamente en connivencia con los aparatos del estado. FARC y Gobierno siguen tratando de llevar algo de paz a Colombia. Desde aquí tratamos de hacer presente a quienes luchan con las voces de la gente por la paz con justicia social.