Balance de la primera vuelta en Iparralde
En su balance, Urteaga destaca los resultados obtenidos por los abertzales de izquierda el pasado domingo en la primera vuelta de las elecciones departamentales en Ipar Euskal Herria. Y junto a ellos, el significativo y preocupante aumento de votos del Frente Nacional y el fracaso del «gran damnificado», el Partido Socialista.
La primera vuelta de las elecciones departamentales que ha tenido lugar el 22 de marzo en el País Vasco norte y en la práctica totalidad del territorio galo ha desembocado en resultados significativos tanto para los partidos nacionalistas vascos como para las formaciones políticas de ámbito estatal. Más allá de la fuerte abstención, que ha alcanzado el 48,61% en el conjunto de Iparralde, con notables oscilaciones en función de los cantones dado que ha sido del 51% en la costa y del 40% en el interior del territorio, pueden extraerse las siguientes conclusiones: 1) EH Bai en particular y los nacionalistas vascos en general han obtenido resultados históricos tanto en votos como en porcentajes; 2) la extrema derecha encarnada por el Frente Nacional (FN) prosigue con su implantación local cosechando el 13,25% de los sufragios; 3) la izquierda se derrumba, puesto que solo consigue mantenerse para la segunda vuelta en los cantones costeros, y 4) el centro-derecha y la derecha se afianzan teniendo serias posibilidades de hacerse de nuevo con las riendas del Consejo Departamental de los Pirineos Atlánticos. Analicemos estos datos más detalladamente.
En primer lugar, EH Bai aparece como la clara vencedora en esta primera vuelta dado que cosecha el 16,09% de los votos, lo que representa 17.779 votos. Esto le permite clasificarse para la segunda vuelta en cinco de los 12 cantones del País Vasco norte, al llegar en primera o en segunda posición. Es reseñable que en el cantón de Errobi-Aturri llega en primera posición con el 37,90% de los votos y se enfrentará en la segunda vuelta a la candidatura del Frente Nacional, lo que le asegura la victoria dado que la extrema derecha genera cierta repulsa en buena parte del electorado. Estos resultados suponen un incremento del voto abertzale que mejora incluso los ya obtenidos en las últimas elecciones municipales donde los candidatos de EH Bai superaron la barra simbólica de los 15.000 votos. Más allá, estos resultados visualizan el nuevo posicionamiento de la formación nacionalista vasca que deja de ser un partido bisagra para convertirse en una verdadera alternativa a los principales partidos de gobierno.
En segundo lugar, cabe poner de manifiesto los buenos resultados obtenidos por el Frente Nacional, ya que consigue el 13,25% de los sufragios en la totalidad del País Vasco norte, superando el 10% en la práctica totalidad de los cantones vascos, y sobrepasando el 16% en los cantones de Baiona 2 (18,46%) y Errobi-Aturri (16,74%). Aunque no alcance los niveles estatales, donde supera el 25% de los sufragios, se sitúa a un nivel históricamente alto. En ese sentido, ese territorio dominado por la democracia-cristiana de centro derecha y poco proclive a las tesis de extrema derecha, se ve afectado por el fenómeno extremista que alcanza niveles preocupantes. Más aún si observamos que cosecha buenos resultados tanto en la costa como en el interior del territorio, tanto en los suburbios urbanos (Biarritz, Baiona, Angelu) como en las zonas periurbanas (Larresoro, Sara, Azkaine) y rurales (Bidaxune, Lekorne, Etxarri). El FN local se ha beneficiado de la dinámica estatal creada por Marine Le Pen.
En tercer lugar, el gran damnificado de esta primera vuelta es, sin lugar a dudas, el Partido Socialista (PS) en particular y la izquierda en general, dado que solo consigue clasificarse para la segunda vuelta en la mitad de los cantones mayoritariamente situados en la costa vasca. Si cosecha sus mejores resultados en los cantones de Angelu (29,88%), Biarritz (22,46%), Baiona 3 (32,24%) y Hendaia (29,49%), a favor de una renovación sociológica de la población de estos municipios en los últimos años, es relegado al tercer e incluso al cuarto puesto en los cantones situados en el interior de Lapurdi, Baxe-Nafarroa y Zuberoa. Ese retroceso de la izquierda en general y del PS en particular resulta de la multiplicidad de las candidaturas y del número limitado de candidaturas unitarias desde la primera vuelta, del voto de castigo hacia la política llevada a cabo por los gobiernos sucesivos de François Hollande y de la incapacidad para tener un perfil y un discurso propio en los cantones con fuerte implantación de las formaciones nacionalistas vascas.
En cuarto lugar, el centro-derecha y la derecha han vuelto a recuperar su centralidad al cosechar el 33,85% de los sufragios, lo que supone 37.408 votos. Recupera así sus niveles históricos y llega en primera posición en nueve de los 12 cantones de los que consta Iparralde. Si no consigue hacerse con ningún cantón desde la primera vuelta, lo que es reseñable, obtiene sus mejores resultados en los cantones de Baiona 1 (48,26%), Bidaxune (47,48%) y Angelu (40,69%). La derecha y el centro-derecha se benefician de las listas de unión presentadas en numerosos cantones, del fuerte rechazo que generan los gobiernos de Hollande entre su electorado y de la voluntad de los votantes del UMP y de Force 64 de impulsar la alternancia tanto en el Departamento de los Pirineos Atlánticos como en el resto del Estado. De cara a la segunda vuelta goza de una mayor reserva de votos y de una movilización superior de sus votantes.
En ese sentido, la primera vuelta de las elecciones departamentales en el País Vasco norte ha confirmado ciertas tendencias que aparecieron en las últimas elecciones municipales. No en vano, quedan algunas incógnitas de cara a la segunda vuelta.
Por una parte, en el caso de que EH Bai y los partidos de izquierdas de ámbito estatal lleguen a un acuerdo, como puede acontecer en los cantones de Euskal Mendialdea, Uztaritze, Bidaxune-Amikuze-Oztibarre, Donibane Lohizune y Errobi-Aturri, en los cuales los abertzales han llegado en primera o en segunda posición, no hay ninguna seguridad de que la práctica totalidad e incluso la mayoría de los votantes del PS y del Front de Gauche (FG) voten a favor de los candidatos nacionalistas vascos.
Por otra parte, ¿Cómo votarán los electores abertzales en los cantones en los cuales las candidaturas de EH Bai no se han clasificado para la segunda vuelta, sabiendo que tienen la clave de la elección? En efecto, en los municipios costeros en los que han llegado en tercera (Baigura-Mondarrain y Hendaia) e incluso en cuarta posición (Angelu y Baiona 3), los nacionalistas pueden ser determinantes para el UMP-Force 64 y el PS y sus aliados. El desarrollo de las negociaciones entre las dos vueltas y las contrapartidas que puedan obtener serán determinantes al respecto.
Por último, no queda claro ¿cómo votarán los electores del Frente Nacional en los casos en los cuales no se han clasificado para la segunda vuelta, lo que sucede en 11 de los 12 cantones vascos? ¿Se abstendrán? ¿Votarán a favor de los candidatos de derechas (más próximos en temas relacionados con la inmigración y la inseguridad) o de izquierdas (más cercanos en temáticas sociales)? ¿Llamarán a oponerse a los candidatos abertzales en nombre de la unidad nacional francesa?
En definitiva, la primera vuelta muestra claros vencedores y vencidos. No en vano, falta la segunda vuelta que decidirá del número de cargos electos obtenidos por cada formación política y de las relaciones de fuerza vigentes en la asamblea departamental.