Bolsonaro, el covid y el sida
No es un juego que este personaje se pasee por las calles con total chulería arropado de miles de fanáticos y suelte soflamas de odio al diferente, al disidente, a los sectores menos agraciados... es un crimen
Bajo el título de “Otra de Bolsonaro el insuperable…” de Eric Nepomuceno, publicado el 1 de Noviembre en GARA, solo me queda aplaudir las observaciones de este escritor y periodista a la vez que traductor de brasileño, sobre las estupideces citadas por Jair Bolsonaro, para tristeza mía Presidente electo de Brasil, con millones de votantes, permítame decirlo, tan estúpidos o más por dejar su futuro en manos de un demente muy peligroso.
Este ultraderechista y criminal presidente, dirige uno de los países más extensos del mundo y tiene bajo sus decisiones lamentables, la vida de millones de ciudadanos de un país. Cuando no, la existencia de la selva y diversidad del Amazonas y de decenas de miles de originarios que ven una realidad su propia desaparición en un futuro no a largo plazo, perdiéndose así la riqueza cultural y el conocimiento del entorno natural en el que viven.
Nos puede parecer curioso pero este extremista religioso, es el responsable entre otros del fallecimiento de cientos de miles de brasileños por las decisiones conscientemente tomadas y que abocó a los mismos al sufrimiento y a la muerte esperada, por no tener en cuenta las medidas de prevención contra el Covid, de ahí las imágenes de fosas comunes o hospitales rebosados y personas desesperadas y sufriendo que nos ofrecieron algunos medios de comunicación.
Pero no olvidemos, que este fascista, es un criminal que está amparado y protegido por sectores ultras evangelistas, militares golpistas, partidos políticos de extrema derecha de todo el mundo, cuando no, por un expresidente de EEUU, como el impresentable Trump… y podríamos extendernos hasta el asombroso apoyo de los oligopolios, los ganaderos que saquean el Amazonas, los racistas anti-indigenistas, etc. Vamos que un surtido de factores, que llevan a la sinrazón de justificar la presencia de este dictador dirigiendo un país tan rico como pobre y lleno de desigualdades.
De sus sorprendentes declaraciones y actuaciones propias de un demente, nos podremos asombrar, pero echo de menos actuaciones que lo aparten del poder, porque cada día que pase es un no retorno a la realidad de lo que verdaderamente sucede en este país, que en parte, tuve la suerte de conocer.
Porque no creo que la decisiones que toma afectan solo a sus ciudadanos, por alguna cuestión aun incapaces de apartarlo y juzgarlo, sino que nos afectan a todos. Porque la naturaleza, la salud, la educación, la libertad de pensamiento, el respeto a la naturaleza, a los originarios, el derecho al reparto de la riqueza, a la tierra… Es un derecho de todos y todas y una obligación el hacerlo cumplir.
No es un juego que este personaje se pasee por las calles con total chulería arropado de miles de fanáticos y suelte soflamas de odio al diferente, al disidente, a los sectores menos agraciados..., es un crimen de efecto inmediato contra los más desfavorecidos y débiles. Un sufrimiento añadido.
La ultima gracia de identificar la toma vacuna contra el covid con el riesgo mayor de tener el VIH/SIDA, no es una declaración más, es el reflejo del odio propio a los que viven con el VIH/SIDA, condenándolos más si cabe a la discriminación. Ajeno a la realidad vivida por mas de 38.000.000 de personas compañeras fallecidas y otras tantas viviendo con esta realidad dolorosa. No es una broma el dolor que este señor no respeta, es una declaración totalmente basada en el odio a los que viven/vivieron con el VIH/SIDA.
Sin embargo muy pocos reaccionan ante semejante declaración y sorprende, cuando se han observado actuaciones rápidas de enjuiciar y detener a otros dirigentes, incluso con mandatos internacionales, solo por el mero hecho de una sospecha de actuación o declaración contra la llamada «La paz mundial». Por lo tanto, tan culpable y criminal es quien lo dice, como es Jair Bolsonaro, como los que lo apoyan con sus votos o silencios, sean brasileños o de aquí.
Coincido con Jamal Suleiman prestigioso experto en infecciones, que la opinión reprobable, de Bolsonaro contra colectivos ya de por si castigados con otra pandemia, debería de hacernos dudar de su estado mental y su fijación enfermiza, no se yo si «anal o vaginal». Desde luego su desequilibrio mental debería de preocuparnos, y tener en cuenta que sus decisiones nos llevan al no retorno del bienestar de su país y por lo tanto al desequilibrio mundial.
No creo que haya nadie que en este siglo, pueda aplaudir sus opiniones, salvo que este en la misma situación de locura voluntaria. Este es el riesgo por dejarse dirigir por personas populistas, por políticas de derecha, por pensamientos religiosos irracionales... pero también por dejar el poder en manos de militares terroristas, de oligopolios, de la banca, de personas sin escrúpulos... en definitiva en personas sin la mínima ética. Los culpables no solo están en «Su» país, también se toman decisiones por él y para él, en otras partes del mundo.
Espero que cuanto antes tomemos conciencia y terminemos con la eterna pandemia de las derechas sean religiosas o políticas, hagamos frente a los intereses de las multinacionales que les sustentan y a los que se enriquecen con el mal ajeno. Es cuestión de salud mental y cordura.