Patxi Zabaleta
Abogado

Derechos lingüísticos y escuelas infantiles

En la legislatura de 1979 a 1983 se pusieron en marcha las primeras 8 escuelas infantiles del Ayuntamiento de Pamplona, una de las cuales provenía de la transferencia de la Caja de Ahorros Municipal. Dos de ellas en euskara y las demás en castellano, aunque la solicitud de padres era ya entonces muy superior a esa proporción.

La dificultad o el condicionamiento para no haber podido avanzar más en aquel momento en la atención a las demandas lingüísticas fue, que la selección de personal se había efectuado por los Ayuntamientos anteriores y se respetó dicha situación.
 
La demanda de enseñanza en euskara en las escuelas infantiles de Pamplona y de Iruñerria ha ido creciendo desde entonces situándose desde hace ya tiempo en el conjunto de Iruñerria en prácticamente el 75%. En Iruñerria harían falta más escuelas infantiles y de ellas una gran proporción en enseñanza bilingüe es decir en el modelo de inmersión en euskara. Puede cifrarse esta necesidad en 30 centros públicos de los cuales no menos de 20 tendrían que ser en euskara. En Pamplona capital esta demanda arroja cifras que se pueden estimar en 20 centros (actualmente hay 17) de los que 12 o 15 deberían ser en euskara, es decir, en el modelo bilingüe.

Sabido es, que el modelo bilingüe en las dos lenguas oficiales constituye una gran ayuda para el aprendizaje posterior de otras lenguas europeas, tal como vemos en las naciones más adelantadas de Europa, en que los jóvenes dominan como regla general cuatro lenguas.

La oposición a la implantación de modelos en euskara y bilingües en las escuelas infantiles públicas de Pamplona es retrograda y casposa además de ser sobre todo injusta desde el punto de vista de los derechos lingüísticos de las niñas y niños en que debe pensarse a la hora de planificar y programar la educación 0-3 años. Utilización política del euskara hace los que se oponen a atender a la demanda de los padres y la situación actual no se puede considerar ni satisfactoria ni suficiente. Los problemas de personal hay que abordarlos mediante la creación de puestos de trabajo y plantillas de personal bien definidas y asimismo mediante los cauces de reciclaje lingüístico de personal docente que sean necesarios.

El balance de los Gobiernos de UPN en la respuesta a la demanda y a los derechos lingüísticos en Iruñea y en Iruñerria es pura y simplemente desastroso. Insisto en que la actual situación no se puede considerar satisfactoria y en que hay que aumentar el número de guarderías y dentro de ese aumento la proporción de guarderías en modelo bilingüe, es decir, en el modelo en euskara de forma muy sustancial.

Quiero recordar a Julio Oteiza que fue el Presidente del Patronato Municipal de guarderías y que impulsó la creación de las mismas, pues en 1979, en que también soñábamos e impulsábamos el cambio tuvimos que decidir el impulsar iniciativas como Andraize, guarderías municipales y/o la ikastola municipal. Y se impulsaron y crearon. Los debates eran tremendos empezando por el debate del propio nombre entre guarderías (Miguel Javier Urmeneta les llamaba Guarderios) y escuelas infantiles, pasando por el número de alumnos por enseñante (7,5 niños se firmó en un convenio) y otras muchas cuestiones que quedan para otro momento.

La planificación de las escuelas 0-3 años ha sido caótica y deslavazada durante todos estos decenios. Es necesario dar a este tema el nivel y el rango que le corresponde y para ello hay que empezar por garantizar la libertad y los derechos lingüísticos en estructurar modelos avanzados que sirvan al bien de los ciudadanos y ciudadanas de 0-3 años que es en lo que debiéramos de pensar y no en la gresca política bastante miserable que están planteando algunos y algunas con esta cuestión.

Insisto en que la instauración de dos escuelas infantiles más en el modelo progresista bilingüe que es el de inversión en Euskera es insuficiente y no satisface ni a la demanda ni a la conveniencia de las ciudadanas ciudadanos de 0-3 años, en cuyo futuro debiéramos de pensar todos como si fuesen niñas o niños de Flandes, Noruega o Suiza, que es con quienes se encontraran en el modelo que sustituya al erasmus dentro de 15 años.

El cambio tiene que ser dinámico tal como ya ha sido definido y no puede tropezarse con los argumentos estáticos y cavernícolas de los de siempre.

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