Germán Gorraiz López

El dilema del BCE

El anuncio de Mario Draghi de un nuevo plan de compra de Deuda Soberana para los países de la zona Euro que lo solicitaran, provocó la relajación de las primas de riesgo y al mismo tiempo, la revalorización estratosférica del Euro  subida del 10% respecto al dólar y del 25% frente al yen), con la consiguiente constricción de las exportaciones de la Eurozona. Así, según euronews.com, la locomotora alemana habría retrocedido en el cuarto trimestre del 2012, debido a la reducción en la producción industrial por la débil demanda europea, no siendo descartable su entrada en recesión en el 2013.

Aunque el BCE adoptó medidas como el recorte de los tipos de interés tres veces (25 puntos básicos cada vez), la relajación de los requisitos que exige a los activos que los bancos presentan como garantía para financiarse y las dos inyecciones de liquidez a largo plazo, la llamada barra libre (LTRO), el mandato estricto del BCE sobre la inflación dificulta la adopción de medidas para incrementar la masa monetaria (quantitative easing) que podrían debilitar al Euro.

Por ello, tras la flexibilización del yen llevada a cabo por el Banco de Japón (en un agresivo movimiento de piezas para compensar el déficit récord de 6,9 millones de yenes, 59.000 millones de euros, en el 2012), los mercados volverán a presionar al Euro al alza, pudiendo poner en jaque a la economía de la Eurozona y a la independencia del BCE.

Ante este escenario, el Financial Times cree que el BCE debería tener ya preparado un plan de choque que podría contemplar la bajada de tipos en medio punto hasta el 0,25 % e incluso la implementación de tipos negativos para la facilidad de depósitos, lo que obligaría los bancos de la Eurozona a pagar por dormir su dinero en el BCE.

Sin embargo, dichas medidas serían un arma de doble filo ante el escenario estanflacionista que se perfila en la Eurozona para el 2013, al conjugarse las tensiones inflacionistas (2,2 % en los países de la Eurozona en Diciembre del 2012), con el regreso de la Eurozona a escenarios ya olvidados de Double Dip (crecimiento negativo del 0, 2 % para el 2013 según el FMI).

Caso de efectuar Draghi estos audaces movimientos, asistiríamos a una devaluación progresiva de las diferentes divisas por parte de los Bancos Centrales Mundiales, la ruptura del sistema de paridad de las divisas internacionales y la posterior Libre fluctuación de las mismas, lo que unido a la posible implementación por EEUU y la UE de medidas proteccionistas (Fomento del Consumo de Productos nacionales), en forma de ayudas para evitar la deslocalización de empresas; subvenciones a la industria agroalimentaria para la Instauración de la etiqueta BIO a todos sus productos manufacturados, elevación de los parámetros de calidad exigidos a los productos manufacturados del exterior y la imposición de medidas fitosanitarias adicionales a los productos de países emergentes que obligarían a estos países (especialmente China e India) a costosísimas inversiones para reducir sus niveles de contaminación y mejorar los parámetros de calidad, terminará por dibujar en el horizonte del próximo quinquenio un escenario en el que se pasará de las guerras comerciales al proteccionismo económico, con la subsiguiente contracción del comercio mundial, posterior finiquito a la globalización económica y ulterior regreso a los compartimentos estancos en la economía mundial.

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