El Gobierno de Navarra con la educación
La semana pasada se produjo una huelga en la Educación de Navarra. Según el Gobierno fue secundada por el 26,5% de los docentes; según los sindicatos, por el 60%. Las razones eran la falta de diálogo de cara a negociar temas como la ratio del número de alumnos por aula, la estabilización de la plantilla, la sobrecarga por trabajo burocrático o el sueldo del profesorado.
El vicepresidente primero dijo, al parecer, que el problema venía de Europa. En concreto de que Europa empieza a pedir contención en el gasto público. Y que encima va a dejar de dar dinero como en los últimos años. Así que, según él, quienes cobramos de la administración pública tendríamos que empezar a pensar en adecuarnos a esta situación (¿ajustarnos el cinturón? ¿Otra vez?). Sin embargo, y a pesar de ello, intentarán mantener las altas ratios actuales. Además, resulta que hay más sectores en la administración con sus propias demandas. También recordaba que los indicadores educativos reflejaban una gran calidad de la educación en nuestra comunidad.
Estas declaraciones me llevan a las siguientes reflexiones; más allá de esa especie de amenaza de que las altas ratios actuales podrían ser aún mayores. Por una parte, resulta que en Sanidad se decidió subir los sueldos recientemente, se supone que para mejorar la calidad de un servicio que, por diversos motivos, lleva años en entredicho. Sin embargo, parece ser que al profesorado, como ya da un servicio de calidad, no habría que concederle una subida que compensara el 15% de pérdida del poder adquisitivo que el propio Gobierno reconoce que ha sufrido en los últimos 14 años. Curioso, ¿no? Esto sin tener en cuenta el estudio de horas extras por sectores realizado por CCOO, que concluye que el de la educación es en el que más trabajadores trabajan sin cobrar, que somos los que más horas extras no pagadas realizamos.
Pero es que ahora, además, tenemos que cumplir las exigencias de la inclusividad en el aula de alumnado que requiere más atención, pero que está en clases con ratios que no la permiten. Y que desde el Departamento pretenden solucionarlo con formaciones con las que podamos hacer magia. Sin olvidar la nueva valoración, no solo de los resultados académicos, sino de un montón de competencias complejas, que supone un trabajo añadido a lo que ya se hacía
Por otra parte, habría que recordarle al Gobierno que gobernar no es solo decidir sobre gastos, también influir en los ingresos públicos. Ingresos que podrían verse incrementados si todas las empresas navarras pagaran, al menos, un mínimo del impuesto de sociedades. Algo que muchas de ellas eluden a través de las diversas bonificaciones y desgravaciones fiscales, aparte de por los chanchullos de adjudicar gastos en territorios con menor fiscalidad de manera fraudulenta. Por cierto que es algo que Europa lleva tiempo intentando promover para evitar esta pérdida de ingresos fiscales, supuestamente con el apoyo del PSOE. Y si no, al menos quitar esos beneficios que solo detraen ingresos sin conseguir los objetivos que supuestamente persiguen.
Por su parte, el consejero del ramo habló de tender la mano, pero con su falta de diálogo ha conseguido poner de acuerdo a todos los sindicatos del sector en muchos años. Y lamentó una medida desproporcionada, según él, la huelga, dado lo bien que va la educación en Navarra atendiendo a diversos indicadores (por lo visto no es capaz de relacionar esa alta calidad con la insatisfacción de un profesorado en muchos casos sobrepasado).
Así que parece que el Gobierno de Navarra no está realmente del lado de la Educación, que todos los partidos que lo forman apoyan las actuaciones del departamento y que, por tanto, habrá que seguir peleando.