Epílogo y cierre
Interesante la entrevista realizada en la prensa al responsable de la empresa Moyua y portavoz de las empresas gipuzcoanas constructoras de la obra civil del complejo de Zubieta.
Aseguran que la incineradora es de las más avanzadas del mundo, pues supera por mucho lo estándares europeos de: control de emisiones a la atmósfera, recuperación máxima de materiales aprovechables en la planta de TMB (7,7%) y rendimiento energético «superior en un 30% a lo solicitado en los pliegos».
Una inversión inicial de 212 millones de euros, para incinerar 155.000 toneladas anuales y producir 160.000 Mw-h para abastecer de electricidad a 45.000 hogares al año. Muy preciso, pero dos asuntos de vital importancia siguen pendientes de aclaración: ayuda económica y financiación, y rendimiento o eficiencia energética.
Para la UE la segunda condiciona a la primera a partir del coeficiente R1: 0,65 marcado como umbral de eficiencia, que según carta enviada en agosto de 2016 por la Comisión Europea al embajador de España, los proyectos que no superen dicho umbral «podría dar lugar a la suspensión de pagos intermedios”. Superado, los nuevos proyectos de incineración reciben ayudas económicas para cubrir parte de la obra y financiación para el resto, como todas las plantas construidas y en construcción de Europa... menos la de Gipuzkoa.
Una comprensión asequible a cualquiera, lo facilitaría conocer el dato de: ¿cuántas unidades de energía eléctrica producen la combustión de 100 unidades de energía contenida en la basura incinerada? La diferencia entre una y otra (pérdida de energía no transformada) marca el rendimiento.
Para la UE y países sensibilizados con la Economía Circular, es primordial el factor R1. Lo ha demostrado recientemente la Generalitat de Cataluña al promulgar el 28 de marzo, la Ley 5/2.017 (traspuesta de la 2.008/98/CE) que regula los cánones sobre eliminación de residuos y de medidas fiscales y administrativa para financiación de infraestructuras de gestión de residuos, por la cual las instalaciones de incineración que no acrediten superar ese umbral (R1:0,65) serán consideradas plantas eliminación y no de valorización, y en consecuencia los municipios que lleven su fracción rechazo a esas incineradoras, pagarán escalonadamente hasta 2.020 como gravamen, el canon de vertedero, es decir 47,10 euros/tonelada (hoy 30) en vez de 23,60 (hoy 14,50).
Conocida la rentabilidad económica (beneficio neto asegurado: 10,7% de la inversión) para las empresas asociadas y en torno a los 3 millones de euros anuales de primas por generación de energía «renovable», a pesar de que el coeficiente R1 si la valorización es mayoritariamente a energía eléctrica no supera el 0,4, (otra cosa es que construyan la cárcel de Zubieta y la valorización mayoritariamente en vez de electricidad sea a agua caliente (ACS) con factor R1: 0,85). Conocida también la repercusión económica para las arcas públicas y per cápita en Gipuzkoa, quedan conocer las razones del porqué no nos beneficiamos de los fondos económicos comunitarios: «A veces el silencio es la peor mentira»… aseguró Miguel de Unamuno.
Nunca hubiese imaginado que un proyecto de tal envergadura económica y repercusiones medioambientales, pudiese salir adelante con semejantes lagunas informativas y prepotencia político-mediática. Sorpresa hasta la decepción, también por la sospechosa política y falta de beligerancia y exigencia de clarificación por parte de la izquierda abertzale y anteriores gestores de GHK (a pesar de haberles recordado la necesidad de exigirlo, tanto en sede parlamentaria como en comisión europarlamentaria), que nada mas hacerse con el «costurero» Foral, no dudaron en coger las tijeras y cortar el contrato-trampa con las financieras y prescindir de personal cualificado, sin ser capaces en cuatro años de coser alternativas técnicas y humanas profesionales, por falta de «hebra» social y una desatada e irracional furia mediática que impedía asentar ninguna otra opción. Ya en el colmo de la desidia… ¡la ciudadanía soberanista!
No me queda más que desearles a todos ellos, a ellos todos amantes de la emancipación política y la economía circular desde su zona de confort: buen viaje circular para regresar al mismo punto… y en particular a EH-Bildu… buen viraje lateral para también situarse de perfil, en otro tema, que sin aún cerrar el anterior, nos va a dejar muy dañados… ¡para toda la vida!
El primero no lo sé, pero éste, en Gipuzkoa, nos lo hemos ganado a pulso… Pero después de Zubieta también hay vida, pues como bien decía Gabriel García Marquez, «La vida es la cosa mejor que se ha inventado».
Cuando descubrimos que la vida es una memoria que nacemos con ella y que no la enseña nadie, se experimenta… concluimos que si lo vivo se percibe, en cambio la vida… se siente.