Germán Gorraiz López

Hacia la estanflación

Según el INE, la tasa interanual del IPC de junio sería del 2,1 % debido a la subida de precios de los carburantes y lubricantes, lo que aunado con la subida de impuestos al alcohol y al tabaco así como la decisión de prorrogar el gravamen complementario al Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) hasta el 2.015 y los todavía indefinidos impuestos medioambientales, hará que la inflación se dispare hasta niveles del 3% para finales de noviembre, con lo que podríamos asistir a la aparición de un cóctel explosivo de final incierto, la estanflación.

Por estanflación se entiende la suma de una inflación desbocada (rondando el 3%) conjugada con un estancamiento económico (crecimiento negativo del PIB del -1,6 % para el 2013 adornado con una tasa bestial de desempleo del 27%, un déficit público del 6,6 % y una deuda pública rondando el 98% del PIB, según estimaciones el FMI) y sería una de las más peligrosas combinaciones para la economía ya que ambos elementos distorsionan el mercado y la terapia de choque para combatir el estancamiento económico tiene como efecto secundario el incremento de la inflación.

Teniendo en cuenta que la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores debido a los exiguos incrementos salariales, congelación o dramática reducción de los mismos unido a la ausencia de la cultura del ahorro doméstico ha provocado una severa contracción del consumo interno , al conjugarse la reducción del gasto familiar (un 3% debido a la subida de los tipos del IVA) con el drástico recorte de inversión en Obra Públicas  22.100 millones € en el Bienio 2011-2012) , se deduce que la tasa de inflación actual sería una tasa artificial, motivada por el afán recaudatorio de un Estado saturniano de apetito insaciable que no dudará en devorar a sus hijos para reducir sus necesidades adicionales de financiación en mercados extranjeros.

La miope estrategia recaudatoria del Gobierno de Rajoy tendrá como efectos colaterales la desincentivación del ahorro, la búsqueda de rentas fuera de las actividades productivas y la peligrosa reducción del grosor del colchón familiar con la consiguiente elevación del riesgo de pobreza, al estar los convenios colectivos y las pensiones en la práctica desligados de la subida del IPC ( según el Consejo Económico y Social, 422.600 hogares vivían gracias a la pensión de los abuelos con ingresos medios de 840 € y que a pesar de su exigüidad, constituía hasta hoy el último salvavidas de los restos del naufragio económico español).

Por otra parte, la reciente bajada de tipos de interés en el 2013 hasta el 0,5% y la continuación de la política de barra libre (LTRO) por el BCE, aliviará el endémico problema de liquidez de las entidades financieras e incrementará el beneficio de las mismas debido al diferencial entre lo que deben pagar para lograr liquidez del BCE (el 0,5%) y los intereses que marcan en la adquisición de deuda de Estado( cercanos al 5%), beneficios que no tendrán traslación a la economía real en forma de financiación del tejido productivo (pymes, autónomos y particulares) sino que se destinarán a la refinanciación de las grandes empresas y los pagos de intereses de deudas contraídas.

Como conclusión, añadir que en el supuesto de que la inflación siga desbocada , que el crédito siga sin fluir con normalidad a unos tipos de interés reales y no se aproveche la dilación en los plazos para reducir el déficit hasta el 2016 para mediante la implementación de medidas keynesianas para neutralizar la destrucción de empleo, podríamos asistir a una Década de estancamiento económico, rememorando la Década perdida de la economía japonesa.

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