Jaime Urriza Urcola

Homenaje a los pies del monolito erigido a Radica en Tafalla

El Partido Carlista de Aragón tuvo la oportunidad de participar en el día 9 de noviembre, en el homenaje dedicado a Teodoro Rada, «Radica», en la localidad navarra de Tafalla.

Para quién desconozca al protagonista de dicho homenaje, para quién se sienta profano en el conocimiento de la historia del carlismo, comentarles que Radica encarna como nadie el espíritu de esos voluntarios carlistas que dejaron sus hogares saliendo en la defensa de un modo de vida que veían amenazado. Teodoro Rada Berruezo, «Radica», el albañil que llegó a brigadier, es también parte de la apasionante, desgraciadamente dolorosa, historia de un pueblo en armas. Sin embargo, no quiero alargarme más con el nombrado personaje. Ni soy el más indicado, ni por supuesto, estoy capacitado para hacerlo. Si alguien siente el deseo de ahondar en el conocimiento de «Radica», le remito a la lectura del excelente libro presentado en la tarde del pasado viernes 8 de noviembre, en la misma localidad de Tafalla, "El pueblo en armas", de Manuel Martorell (Altaffaylla, Txalaparta), autor conocedor tanto de la historia antigua como moderna del carlismo.

He dejado para la segunda parte de este corto relato. El principal motivo por el que me he decidido a escribir estas líneas. No es otro que el pequeño homenaje dedicado también en el día de ayer a Patxi Ventura, fallecido recientemente y promotor de esta iniciativa celebrada Tafalla.

Tengo que reconocer que no tuve una relación cercana con Patxi Ventura, ni llegué a conocerlo en profundidad. La primera vez que coincidimos en persona fue en la celebración de los actos de Montejurra de 2019, para después vernos en el Consejo Federal del Partido Carlista celebrado en Zaragoza pasado el confinamiento poscovid. Posteriormente, coincidimos en el Congreso Federal del Partido Carlista celebrado en Estella-Lizarra en 2021 y nos vimos en Montejurra 2024, donde junto a José María Esparza, nos invitó a colaborar en el acto del día de ayer. Nadie de los presentes, si lo había lo desconozco, sabíamos que era la última vez que íbamos a poder hablar con él.

Con Patxi tuve una extensa conversación sobre Venezuela, lugar en el que se auto-exilió y con el que yo tengo más que lazos afectivos. Supimos de nuestras diferencias, pero no entramos en conflicto. Me fue grató el relato de su experiencia sobre su candidatura por el Partido Carlista al ayuntamiento de Pamplona. Me habló de su participación con la Plataforma Anti Polígono de las Bardenas y de como que siempre que asistía enarbolaba la bandera con la cruz de San Andrés para que luciera orgullosa junto a las otras organizaciones presentes. Con Patxi hablé de la guerra de Ucrania y la necesidad de buscar su fin. Diferimos en la forma de llegar a él, pero no entramos en conflicto. Hablamos e intercambiamos correos y mensajes sobre la deriva a la que se estaba sometiendo al Partido Carlista y de una supuesta interesada falta de relevo generacional, por parte de quienes durante décadas estaban asociados a él. Tuvimos grandes coincidencias sobre este asunto y alguna pequeña diferencia. Por supuesto, las diferencias no nos hicieron entrar en conflicto. Recuerdo que le llamó la atención que un nieto de navarros hablara tan apasionadamente de Aragón, de su historia, de sus gentes. Yo me sonreía, hay tanto de popular y de apego a la tierra en nuestra historia...

Es Patxi Ventura, junto a tantos otros, los que discretamente, silenciosamente, desde la base, sin protagonismo ni publicidad, han escrito y escriben las aspiraciones que el carlismo ha mantenido vivo durante todo su discurrir entre dos siglos. Gente del pueblo. Gracias Patxi.

Quiero aprovechar para agradecer en este relato a los organizadores su disposición para que se pudiera celebrar nuestro pequeño homenaje a los pies del monolito erigido a «Radica» para con Patxi Ventura. Muchas Gracias.

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