Martxelo Alvarez
Ahaztuak

La cruz fasciofranquista del monte Gaztelumendi ya es escombro (A ver si siguen otras)

Hoy ha sido derribada la cruz que en el año 1937 las tropas fasciofranquistas habían colocado en el monte Gaztelumendi, en Larrabetzu, para conmemorar su avance militar y la puesta en marcha del criminal y sanguinario régimen de la «Nueva España» que habría de prolongarse en una dictadura de cuarenta años más tantos rasgos que aún perduran hasta hoy en esto que dicen «democracia».

Sin embargo creemos una lástima no haber hecho un llamamiento masivo a la población vizcaína a presenciar dicho derribo y haberlo realizado no hoy, sino la próxima semana en una fecha tan señalada como el 18 de julio, con la carga simbólica y pedagógica que dicha fecha posee para las víctimas del régimen fasciofranquista y para cualquier persona que tenga unos valores mínimamente democráticos. Asimismo echamos en falta en esa voladura –que tanto valor simbólico y pedágogico tiene– no haber hecho dicho llamamiento y no haber preparado mejor en lo simbólico un evento que creemos tiene una gran carga emocional e histórica por más que haya sido de carácter local, asegurando la presencia de todas las enseñas –la bandera republicana entre ellas– bajo las que lucharon las personas que dieron su esfuerzo y su vida intentando frenar el avance de las tropas golpistas.

Creemos también que esa imagen de derribo es la que debe acompañar lo antes posible o otros elementos glorificadores del genocidio fasciofranquista que aún perviven para vergüenza de las instituciones dizque «democráticas» que lo permiten, el más emblemático de ellos sin duda el «Valle de los Caídos» cuya voladura exigimos y anhelamos, y aquí en Bizkaia el «Via Crucis» que hay en la subida a Lomoatx –Peña Lemona– colocado con el mismo objetivo que la ya caída «Cruz de Gaztelumendi».

Desde Ahaztuak 1936-1977 celebramos el derribo al igual que hace un par de meses celebramos la decisión plenaria del Ayuntamiento de Larrabetzu de llevarlo a cabo y agradecemos tambien desde la memoria el intento realizado hace algunas décadas por los hoy «ininombrables» que también intentaron, lamentablemente si éxito, derribarla. Del mismo modo deseamos que la decisión tomada y llevada a cabo en Larrabetzu sea, dejando al margen debates estériles que solo alientan la permanencia de la simbología fasciofranquista, un ejemplo a seguir.

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