Jokin Revilla Gonzalez

La neutralidad es tomar partido

El 3 de noviembre en las costas Libias son asesinadas 239 personas en el mar. Sí, digo asesinadas, pues ¿cómo se puede llamar el obligarlas a subir a unas embarcaciones trampa a punta de pistola con mala mar? 239 personas, muchas habían permanecido dos meses hacinadas y maltratadas en barracones. Y lo peor de todo es que nos estamos acostumbrando a estas noticias. Mas de 4.000 personas «muertas y asesinadas» en el Mediterráneo en lo que va de año. Y silencio por parte de «nuestras» instituciones. Al perecer el gobierno vascongado, diputaciones y ayuntamientos no están por declarar ciudades o pueblos «refugio». Están más por declarar a la comunidad autónoma como «territorio refugio». Sí, todo el territorio. Pero no han aclarado refugio de qué. Quizás de aves migratorias. Porque lo que es de personas migrantes y refugiadas no han traído ni una. La disculpa es clara, «eso depende de Rajoy y no vamos a incordiarle».

En una carta que me contestó el Sr. Aburto me decía literalmente: «El Alcalde puede estar con Iberdrola y con los refugiados sin que sean cuestiones contradictorias. ¿Sabe usted (sic) cuántas miles de familias bilbaínas viven gracias al empleo de Iberdrola?»

Pues mire por donde Sr. Alcalde sí que lo sé. Y también sé las miles de familias a quienes Iberdrola les ha cortado la luz por retrasarse en el pago, y también las miles de familias en el mundo que sufren las consecuencias de las represas de «Ibertrola» y de toda su política como transnacional sin escrúpulos. Y también sé que con «Ibertrola» usa guante blanco y pleitesía. Sin embargo, con las personas refugiadas y migrantes ¿qué política usa?. No ha puesto en el ayuntamiento ni la banderola amarilla de Ongi etorri errefuxiatuak, y se ha dado prisa para ordenar que la quiten de la oficina de EH Bildu utilizando a los bomberos. Ante las más de 4.000 muertes no ha abierto el pico, ni tampoco el Diputado general ni el Lehendakari. Y no me refiero sólo a aludir al tema, sino a pringarse con poner medios y traer inmediatamente el cupo que les corresponde. A implantar inmediatamente el DNI municipal como lo tienen ya en marcha en Barcelona. Menos disculpas de manos atadas para hacer justicia con las personas mas necesitadas. Las mercancías se empaquetan muy bien, se pone frágil y tienen vía libre  por todo el mundo. La «mercancía humana» de personas refugiadas y migrantes sólo encuentran vallas con concertinas, muros, mafias que les roban, esclavizan, violan, torturan y matan. Ni el mundo, ni Europa, ni la futura Euskal Herria van a ser iguales después de esta tragedia humanitaria. No hace falta otra guerra mundial para cambiar el rumbo de la humanidad. Esto ya se está haciendo día a día.

Hay quienes dicen que a la Trilateral, a las transnacionales y a todos los mandamases del mundo, cuyo único objetivo es la acumulación de riqueza, les sobran cientos o miles de millones de personas pobres y desheredadas. Por eso, nunca serán noticias a tener en cuenta ni las víctimas de las pateras, de las hambrunas, del cambio climático o las causadas por delitos ecológicos. Su cálculo es, sin duda, que si hay muchas personas muertas por estas causas y por las guerras que se encargan que haya continuamente en diversos lugares del mundo, quizás no les haga falta promover otra guerra mundial. Saben que una cuarta guerra mundial tendría mala prensa…

Y ante todo esto las personas de a pie ¿qué podemos hacer? Primero, no resignarnos ni mirar para otro lado. Segundo, exigir a todo tipo de autoridades que estén a la altura que corresponde ante esta tragedia humanitaria, que la encaren y tomen medidas radicales (sí, hasta la raíz). Tercero, enfrentarnos, instituciones y pueblo, a esa ola racista y xenófoba que ve en las personas pobres y desheredadas su mayor enemigo. Esto está calando de forma que personas que hace años llegaron de emigrantes dicen que su caso fue distinto y las personas refugiadas y emigrantes de ahora no tienen derechos. Si no nos movilizamos, si no creamos conciencia de que no hay personas ilegales, que todas las personas tenemos los mismos derechos, el futuro que espera a esta sociedad es el caos del racismo, la xenofobia, de millones de personas sin derechos y prescindibles (que si desaparecen de la faz de la tierra, mejor).

En la Plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak queremos que el tema esté diariamente en la calle. Todos los lunes hay concentración en la plaza Circular por iniciativa de Kaia, grupo que forma parte de la plataforma. Estamos trabajando para que en todos los pueblos de Bizkaia y en todos los barrios de Bilbao haya grupos de la plataforma, con dinámica propia, y coordinados con una asamblea mensual. Queremos lograr que todos los balcones tengan la banderola amarilla, como grito de que la tragedia es cada día mayor y que tenemos que hacer algo. Sin duda, nos puede parecer que ante un problema tan grande lo que hagamos no sirve para nada. Pues no es así. El rebelarse contra esta situación sí vale. Y no para quedar tranquilas sino para vivir de la única forma que merece la pena, siendo solidarias y luchando contra las injusticias.

Es una llamada a todas, no vale mirar a otro lado, o decir «yo soy apolítico». Todas podemos hacer algo, cada cual a su medida. Pero tenemos que juntarnos, hacer grupos, sin sectarismos, el tema así lo requiere. La gran riqueza de la Plataforma es que estamos personas de muy distintas procedencias e ideas, pero por encima de todo está el trabajo común en pro de todos los derechos de las personas migrantes en busca de refugio.

Como decía Desmond Tutu: «Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor».

Bilatu