Navarra, cuestión de Estado o cuestión de democracia
Cuando se afirma que Navarra es cuestión de estado se niegan todos los derechos, se quiere decir que eso está incluso por encima de la democracia.
Las derechas se han coaligado en Navarra y no en ningún otro sitio del Estado. Ni en Cataluña, ni en la Comunidad Autónoma Vasca, ni en Galicia, ni en Melilla… ¿Por qué?
No es solamente, porque en Navarra por separado les fueran a salir peor las cosas y los resultados, porque eso también pasa en otras partes. Por ejemplo, en Gipuzkoa el PP no obtuvo diputado en las últimas elecciones generales y ninguna encuesta les da a salir ahora ni al PP, ni a C's, ni a Vox, pero allí no se han coaligado. No es tampoco solamente, porque aquí en Navarra además de las tres fuerzas del Trifachito –PP, C's y Vox– esté también UPN, puesto que también en Cataluña o en la CAV o en Galicia y Canarias hay derechas nacionalistas. Tampoco es solamente, porque UPN y PP hayan tenido la costumbre de coaligarse para las elecciones generales, tal como el PP lo ha hecho ahora y solido hacer antes con fuerzas regionalistas de derechas en Aragón, Valencia, Asturias, etc., porque allí tampoco se han juntado en triunvirato como aquí. ¿Por qué no en ninguna otra parte y sí en cambio en Navarra?
Obviamente existen intereses partidistas y particulares. Existen razones tácticas, estratégicas e ideológicas para esta coalición tan inusual, tan contradictoria en sí misma y tan esterilizante políticamente. Pero existen también, riesgos de que pueda tener consecuencias contraproducentes.
Interés partidista para UPN es que, siendo tan endiabladamente complejas las influencias que van a tener unas elecciones generales un mes antes que las autonómicas y municipales un partido regionalista y escorado muy a la derecha, podría verse superado en las generales por las «derechas nacionales» del centralismo y entonces se vería muy negativamente afectado para las forales y municipales. Pero con esto de la suma, UPN ya no podrá ser en adelante franquicia ni representación de ningún partido estatal, que lo cobije, tal como ha sido el papelón, que ha ejercido hasta ahora; y eso por cuanto C's y PP están condenados a andar a la greña… salvo que rasquen poder juntos. Intereses particulares son los de las empresas de comunicación y otros sectores, que buscan el impulso de las generales para las forales. Hoy por hoy la derecha parece tener limitadas sus posibilidades a ser muleta de un PSN, al que aborrecen. PSN, que por cierto no acaba de hacer autocrítica de su mísero papel 2007, ni del 2011…
Por cierto las presiones por tierra, mar y aire a Vox para que no se presentase, y ahora para que se retire, no van a menguar durante todo el mes de abril. No deja de ser un espectáculo divertidamente grotesco y lamentable que quienes se insultan, vituperan y compiten en otras latitudes vayan de la mano en Navarra. Y es que, además de los intereses partidistas y particulares, hay razones tácticas, estratégicas e ideológicas. ¿Es casualidad que no haya habido ningún obispo de origen navarro en Navarra desde la conquista violenta de 1512? Merece la pena sonreír con el hecho de que Navarra, siendo el 2,3% de la población, el 2,5% del territorio y el 2,65% del PIB del Estado, ostente el 25% del escudo, pero la realidad es que para la mentalidad cavernícola y ultramontana de la rancia derechona de todas las tonalidades Navarra es cuestión de Estado. Esa rancia dicción significa que está por encima de todo; desgraciadamente, incluso por encima de la democracia y de todos los derechos civiles, sociales y políticos. Cuando se afirma que Navarra es cuestión de estado se niegan todos los derechos, se quiere decir que eso está incluso por encima de la democracia.
La verdad indiscutiblemente rotunda es que Navarra somos las navarras y los navarros de cada tiempo. O sea, las personas que formamos la sociedad navarra. Y lo más demócrata, lo más social y lo más más progresista es declarar y reconocer el derecho a decidir políticamente de las navarras y navarros. Además solo puede ser esa la interpretación moderna de los derechos históricos o fueros, que son derechos políticos con sujeto colectivo, que es la sociedad de cada momento, y que solo pueden ser ejercitados mediante la decisión colectiva del derecho a decidir. La trampa y la mentira durante decenios y decenios ha sido la de confundir al personal con la monserga de que el fuero es «pacción», de que el fuero es derecho a pactar. ¿Pero cómo va a pactar quién no tiene capacidad de decidir? UPN, que fue fundada en 1978 desde la reivindicación no recogida en la Constitución del derecho a decidir de los navarros y navarras, se ha convertido en la organización más contraria a esta básica interpretación democrática del fuero. Interpretación, que es imprescindible para la defensa de dichas libertades, ya que nada hay más servil, más miedoso y más cobarde frente al centralismo que una franquicia de organizaciones centralista.
Una coalición como la constituida por cuestión de estado está condenada a los mínimos comunes denominadores en todos los demás aspectos que no sean la defensa rancia del estado. No solo no le pueden votar los independentistas, los nacionalistas o los soberanistas, sino tampoco los foralistas o autonomistas, por moderados que sean. No solo no le pueden votas los defensores de los derechos civiles, sino que no se puede fiar de ellos nadie que este modestamente por el feminismo o por la igualdad radical de las personas, incluidas las que no son de origen ni nacionalidad española, porque el mínimo común denominador de los coaligados de los intereses y conveniencias del estado está por encima de los derechos civiles, incluido el feminismo. A una coalición constituida por la cuestión de estado no solo no le pueden votar los socialistas o los progresistas, sino que tampoco le pueden votar los que sean moderadamente demócratas por cuanto el mínimo común denominador de la cuestión de estado esta o puede estar por encima de la democracia.
En consecuencia la especialísima situación de Navarra puede ser una oportunidad, en vez de un riesgo como muchos ven por cuanto la unión de todos los que se han juntado es políticamente esterilizante desde un punto de vista político. ¿Qué mensaje pueden dar en libertades, en derechos civiles y en derechos sociales esos que en todo lo que no sea Navarra andan a la greña constantemente?
Navarra es cuestión de democracia. Cuando aún resuenan los ecos de las campanadas que reivindican una paz entre iguales, una paz basada en la pluralidad y en el reconocimiento emblemático de todas las violencias habidas y en el respeto a toda la diversidad se tiene que abrir camino desde la convicción de que Navarra es cuestión de democracia.
Estoy convencido de que el haber convocado unas elecciones generales un mes antes que las autonómicas y municipales constituye un reto al que debe responderse con generosidad y con inteligencia. Es una pena que no haya sido posible una oferta electoral al estilo de NaBai, pero nunca es tarde para el discreto paso atrás de las ofertas que no tienen posibilidades. El obtener un acta para Bel Pozueta originaria un impulso como el de un cohete para las posibilidades de todo el cuatripartito y un impulso para la candidatura unitaria al Senado. Quizá oigamos voces a tener en cuenta a este respecto.