Jon Ander Etxebarria Garate
Exdecano del Colegio de Biólogos de Euskadi

Razones para terminar con la pandemia

Solicito al Gobierno Vasco que sea verdaderamente soberano y dé por terminada la pandemia como han hecho otros países como Reino Unido, Suecia y Dinamarca, entre otros.

En los momentos actuales se está en la fase de vacunación que se suponía por parte del oficialismo que nos devolvería a la normalidad, pero vemos claramente que este elixir de vida que han vendido a la población, a la postre ha traído, por mucho que nos bombardeen con estadísticas teledirigidas, un resultado nefasto y como se suele decir vulgarmente «es peor el remedio que la enfermedad», siendo comparable con lo que ocurrió al inicio de la pandemia para justificar el confinamiento pronosticando una cantidad de fallecidos exagerada, pronostico que no se confirmó pero que yo sepa hasta el día de hoy no ha sido capaz nadie del oficialismo de salir al paso y reconocer su error, al igual que está ocurriendo ahora con la vacunación.

Pero esta pandemia, para llegar a donde hemos llegado ha contado con un arma pseudocientífica devastadora como es el binomio test de PCR-asintomático.

Si hacemos un análisis crítico de esta herramienta tenemos razones más que suficientes para solicitar que de una vez por todas se acabe con el despropósito de esta pandemia y su traca final de la vacunación:

1) La técnica de PCR la desarrolló el bioquímco, premio nobel, Kary Mullis como técnica de laboratorio para amplificar secuencias de ADN y, en ningún momento, dijo que su técnica sirviese para diagnosticar una enfermedad, más bien todo lo contrario.

2) De información recibida por parte del Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco de los análisis de PCR realizados entre las fechas del 16/07/2020 al 24/09/2020, el número de ciclos de amplificación fue de 35-40 ciclos y el porcentaje de positivos asintomáticos fue en promedio del 69,75%.

3) La OMS en su nota de fecha de 13/01/2021 dice lo siguiente: «De acuerdo con las orientaciones de la OMS sobre las pruebas diagnósticas del SARS-CoV-2, Es preciso actuar con precaución a la hora de interpretar un resultado positivo débil en un ensayo (1). El ciclo umbral establecido para detectar el virus es inversamente proporcional a la carga vírica del paciente. Cuando los resultados de la prueba no se correspondan con las manifestaciones clínicas se debe tomar una nueva muestra, que se someterá a la misma o a otra prueba de amplificación de ácidos nucleicos».

«La OMS recuerda a los usuarios de medios diagnósticos in vitro que la prevalencia de la enfermedad modifica el valor predictivo de los resultados de las pruebas: cuanto más baja es la prevalencia, mayor es el riesgo de obtener un falso resultado positivo o negativo (2). Ello significa que la probabilidad de que una persona con un resultado positivo (es decir, en la que, supuestamente, se ha detectado el SARS-CoV-2) esté realmente infectada por ese virus se reduce a medida que baja la prevalencia, independientemente de la supuesta especificidad de la prueba».

«La mayoría de los ensayos que utilizan la PCR se consideran instrumentos que ayudan a establecer el diagnóstico; por consiguiente, los profesionales de salud deben interpretar sus resultados teniendo en cuenta el momento de muestreo, el tipo de muestra obtenida, las características del ensayo, las observaciones clínicas, los antecedentes del paciente, la infección confirmada en cualquiera de sus contactos y la información epidemiológica».

Con ello la OMS está avisando de que el número de ciclos se mantenga a un nivel en el que la carga víral sea suficiente para que exista la infección, que ello se da cuando con pocos ciclos existe suficiente carga viral para detectarlo y, lo más importante, que se relacione el resultado con el diagnóstico clínico, es decir, con presentar sintomatología.

4) Si aplicamos este criterio de la OMS en la que los positivos asintomáticos no deberían ser considerados enfermos a los datos de Euskadi desde el inicio de la pandemia tenemos que con el cálculo oficial en el que se incluyen los asintomáticos el valor máximo de la IA es de 873, valor mínimo 12, con un valor promedio de 313. Si calculamos esta IA sin tener en cuenta el 69,75% de positivos asintomáticos el valor máximo hubiese sido de 236, valor mínimo 3 con un valor promedio de 81.

Con estos datos vemos que sin tener en cuenta estos positivos asintomáticos en ningún momento la IA hubiese alcanzado valores para tomar medida restrictiva alguna.

5) Si nos atenemos a que el porcentaje de vacunación con segunda dosis, es decir inmunizados artificialmente, es del 75% y a ese porcentaje le añadimos 12% de inmunizados naturalmente y, a su vez le sumamos el 2,61% de personas no vacunadas mayores de cincuenta años que se supone que no se vacunarán y, finalmente le añadimos el 8, 67% de la franja de edad de 0 a 9 años, no vacunada, y, esperando que haya una reflexión seria por parte de la administración sanitaria para no hacerlo, tenemos que se alcanzaría al 98,28% de la población, por lo que con estos números creo que se tiene que dar por terminada la vacunación y la pandemia.

Es por estas razones, a las que en el caso de la vacuna se podrían unir la cantidad de efectos adversos que se están dando con ella aunque la clase médica no tenga la mínima humildad para reconocerlo por lo que solicito al Gobierno Vasco que sea verdaderamente soberano y dé por terminada la pandemia como han hecho otros países como Reino Unido, Suecia y Dinamarca, entre otros.

Además recomendaría tanto a los profesionales sanitarios como a la Administración vasca que empleasen los recursos económicos, que salen de nuestros impuestos, que ascienden a un gasto en los test de PCR de 201.406.650 euros teniendo en cuenta que hasta la fecha se han realizado 4.028.133 test considerando un precio bajo por test de cincuenta euros.

Señores del Gobierno Vasco, señores de los partidos políticos, señores de los sindicatos, cuando hagan reivindicaciones sean más coherentes y destinen todo este dinero malgastado como herramienta pseudocientífica de los PCR-asintomáticos en otro tipo de necesidades como son la atención sanitaria, la atención de la dependencia y la atención educativa entre otras.

Bilatu