Gaizka Uharte, Oskar Telletxea, Rita Torrico, Iñaki Muñoa y Ioseba Iturrioz
LAB

Sunsundegui, ¿por qué no?

La noticia del cierre de Sunsundegui ha supuesto un jarro de agua fría para Sakana y para la plantilla, que ha sufrido la crudeza de lo que es trabajar en una empresa que ha vivido en permanente ajuste desde el año 2009. La consecuencia más dura de la que hemos conocido en Sunsundegui, fue cuando nuestro compañero y afiliado del sindicato LAB Francisco Javier Paniagua se quitó la vida, puesto que fue despedido con apenas desempleo, dentro de unos despidos que este sindicato denunció como ideológicos.

De nada han servido los años de tensión y ajustes continuos, que culminaron en rescates. La citada muerte de nuestro compañero, los despidos, los recortes, la amenaza continua de cierre parece que no han servido de nada y estamos ante los que pueden ser los últimos coletazos de Sunsundegui. Mediante estas líneas queremos expresar nuestra solidaridad, apoyo y recuerdo a todas las personas trabajadoras de Sunsundegui, a aquellas que ya no están, a las personas afectadas por el amianto y a las que han soportado un clima continuo de frustración y recortes que difícilmente se puede explicar si no lo has vivido.

Estamos a pocos días de que el concurso de Sunsundegui pase a otra fase, a la liquidación de sus activos y al despido de toda su plantilla. Esta fase coincide con la incertidumbre cada vez mayor que sobrevuela nuestra industria y con una situación a nivel internacional cuanto menos preocupante. Vemos que ante la escalada de la guerra comercial y los aranceles se abre el debate en todos los países sobre estrategias para proteger sus economías y sus industrias. Estamos, por tanto, aquí en Nafarroa, ante la misma disyuntiva. Debemos decidir cómo protegemos nuestra industria y nuestros empleos en esta coyuntura. Queremos hablar de Sunsundegui porque es lo que nos toca de cerca. Aunque también podríamos hablar tanto de BSH como de otros sectores de los que depende la industria navarra.
No nos vale que nos digan que no existe un inversor en Sunsundegui. Eso ya lo sabíamos. Desde que Sodena compró Sunsundegui por 1 euros en 2010, ese ha sido el único objetivo. Todos los inquilinos que han pasado por el Gobierno de Navarra han tratado de encontrar un tercero que resolviera los problemas estructurales que tenía Sunsundegui, pero sin ejercer el control público necesario.

Ese inversor nunca ha llegado. No llegó en 2013, cuando UGT, José Ignacio Murillo y UPN pactaron un plan de viabilidad sin ningún inversor. En aquel entonces el ejecutivo de UPN optó por salir de Sunsundegui ante la incapacidad de sacar el proyecto adelante. Se puso en marcha un nuevo modelo de empresa en el que el 51% de la empresa pasaba a manos de la dirección de Murillo y el 49% restante pasaba a manos de la plantilla. Este modelo de empresa fracasó, ya que nació de la imposición y sin un plan para abordar los problemas estructurales que constantemente hemos denunciado desde LAB. Desde un principio quedó claro que Sunsundegui sin el apoyo del Gobierno de Navarra lo tenía difícil, ya que necesitaba una modernización que por sí solo no podía afrontar.

Posteriormente, la empresa ha necesitado un apoyo continuo de Sodena para afrontar su viabilidad. En 2017, las personas que formamos parte de LAB incluso llegamos a un acuerdo para posibilitar inversiones para la modernización de la planta y empezar a afrontar sus problemas estructurales con un plan de inversiones de 5, 1 millones de euros. Para hacernos una idea, con esta financiación se consiguió obtener la licencia de actividad que carecía hasta entonces.

Para nosotros y nosotras el problema de Sunsundegui ha sido que tanto desde el sector público como desde la dirección no se ha afrontado como es debido la modernización de la planta. El modelo de empresa creado por UPN y UGT en 2013 fracasó, dado que sin un plan de modernización con inversiones públicas o privadas era muy difícil afrontar el acuerdo estratégico que Sunsundegui consiguió con VolvoBus en 2023.

A nuestro entender, la destitución de Murillo como gerente de Sunsundegui y la creación de un nuevo consejo fue un punto de inflexión que llegó tarde para afrontar los retos que tenía la empresa. Se realizó un plan de viabilidad auditado por consultoras como KPMG y que hacían rentable Sunsundegui: la empresa tenía carga de trabajo y mercado.

Creemos que es el momento de abordar el futuro con valentía, defender nuestra industria y el empleo con imaginación. Es una oportunidad para realizar los cambios necesarios, modernizar la planta y hacer rentable la empresa aprendiendo de errores pasados. Hay que analizar el papel del sector público, alianzas con terceros, explorar sinergias en nuestro entorno, el papel de los y las trabajadoras... No nos podemos permitir el lujo de jugar siempre a la misma carta, que un inversor nos saque las castañas del fuego. Son tiempos que requieren nuevas propuestas y compromisos. Los firmantes de esta carta hacemos un llamamiento a explorar todas las vías y actuar con valentía, porque algunas lo han dejado todo y porque las futuras generaciones necesitan una alternativa para vivir y trabajar en Sakana.

*Gaizka Uharte es secretario comarcal de LAB en Mendialdea y Oskar Telletxea, Rita Torrico, Iñaki Muñoa e Ioseba Iturrioz son delegados de LAB en Sunsundegui.

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