El voto, más que un derecho
Lo mismo que tenemos la obligación de pagar los distintos impuestos por vivir en comunidad, algo que desagrada, pero que según la conciencia social y lo evolucionado de cada persona se entienden de mejor o peor manera, así tendría que ser también el derecho al voto, una obligación. Para conseguir una involucración directa y sin matices de las decisiones de la ciudadanía, y también para evitar la manipulación de la abstención, que no deja de ser una implicación indirecta, por parte de las fuerzas a las que les beneficie esa opción, y sobre todo cuando estas están en una posición de fuerza y predominio en el manejo del poder mediático.