Enric Vivanco Fontquerni, Barcelona

Proceso de Mazan

El proceso de Mazan, que, por cierto, encuentro que a nivel de los partidos políticos en Francia. Pasan de puntillas. La agenda que les interesa en absoluto nada tiene que ver con la cultura antropológica del mundo occidental. Un marido ejemplar durante 10 años puso a la venta a su mujer para que la violasen, previamente drogada, y pudiese filmar las correspondientes acciones, de los distintos hombres que contactó por las redes sociales. Le costó a la esposa, cuatro enfermedades venéreas, sin tener ni idea de por qué las contrajo. El espectro de la edad de los individuos reconocidos abarca de los 26 años a los 74 años, algunos ya fallecidos, de los cuales 51, han sido claramente identificados, y que se están juzgando. Se supone que hay unos 70 individuos, de lo más normales, con profesiones varias, y muchos de ellos con familias normalizadas: un periodista, bombero, policía, militar, guardia de prisión, enfermero, conductor de niños, autistas, informático, carpintero, en fin, de todo. Se señala que es un caso fuera de norma. Estoy totalmente en contra de esta aseveración, por desgracia es la norma de funcionamiento de nuestra sociedad. Una violación representa la aniquilación no del cuerpo, sino del espíritu, y no solo esto, sino que es un síntoma de una patología social. Nuestra sociedad es de vencedores, y perdedores, así el poder se trasforma en dominación por todo el espectro humano. El patriarcado no explica la patología social en la que nos encontramos, ya que nos abarca como especie en conjunto. El método inductivo de investigación, es muy apropiado, ya que nos señala que no encontramos las respuestas a la barbarie. Violación, y tortura, forma parte de la misma acción. Todo este desfile de violadores, que la mayoría lo niega, son torturadores. Recuerdo una foto de las torturas de Abu Ghraib, en Irak, de una mujer soldado, arrastrando con una correa a un preso desnudo. Me viene a la mente todo este discurso inhumano de ciertos colectivos, hablando de un deseo infinito, o de maravillosas fantasías sexuales. El comportamiento unido a la responsabilidad, se olvida sistemáticamente. La prensa de derecha se observa lo mal que lleva recrearse en este suceso, y la prensa de izquierda se reproduce en el patriarcado con matices, ya que el debate es infinitamente más rico, que el de los anti wokistas. El consentimiento es una pieza esencial, que en el Estado, se machacó de forma indigna a una política, que intentaba avanzar en una legislación, que, en Francia, no están dotados para asuntos de esta envergadura. El sistema judicial, como siempre, está a años luz, de lo que la sociedad necesita. También se insiste en la pornografía como catalizador de estas conductas torturadoras del cuerpo y del espíritu. En cambio, no se profundiza del motivo de semejante deseo por una parte importante de la población que sistemáticamente se fomenta. La pornografía forma parte del paisaje y es un negocio muy lucrativo, es un continuum de la cultura antropológica en la que nos encontramos. La guerra es la violación por antonomasia. Los pilotos americanos que bombardeaban Irak, a las pocas horas estaban cenando con su maravillosa familia. Sí, este es nuestro comportamiento y pensar muy generalizado. La tortura, evita males mayores. Nuestra cultura antropológica es una mierda.

Atentamente.


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