Amianto: carcinógeno letal y mentira mortal

La Clínica Universidad de Navarra está realizando un estudio sobre el uso pionero de la inmunoterapia en el mesotelioma o cáncer de pleura provocado por la exposición al amianto. Tres décadas después de su prohibición en el Estado español, teniendo en cuenta el periodo de latencia de la enfermedad, el estudio que se desarrolla en Iruñea coincide con su pico de incidencia. Es una iniciativa esperanzadora, que debe ser acompañada por otras como la del reconocimiento y la compensación de las víctimas. Son pasos que deberían darse ya, rápidamente, porque el tiempo no está del lado de quien sufre.

Es uno de los escándalos más grandes y costosos de nuestra época. Se estima que entre un 20% y un 40% de hombres adultos del mundo industrializado ha tenido una relación con un mineral que se consideró «mágico» por su bajo costo y altas prestaciones de durabilidad y resistencia al calor. En el cénit de su utilización en la década de los 70, más de 3.000 productos tenían amianto, aunque desde los años 20 se conocía que el mineral tenía un polvo letal y carcinógeno. Patólogos, radiólogos, científicos, especialistas del pulmón y médicos del trabajo ya alertaban de la tragedia. A pesar de ello, con pleno conocimiento, las compañías del amianto los expusieron a sus consecuencias.

Cuando las víctimas reclamaron reconocimiento y compensación, las aseguradoras dijeron que sus obligaciones solo podían extenderse a las víctimas cuyas enfermedades se manifestaron mientras trabajaban, nunca si habían sido negligentemente expuestas, que puede ocurrir y está ocurriendo ahora, décadas después. Engañaron sobre los estudios forenses, pagaron compensaciones solo si eran obligadas a hacerlo y evitaron pagos para no crear precedentes. Ni siquiera se disculparon. Los políticos que faltaron a su responsabilidad de regular la industria del amianto ya no están en sus puestos, los aseguradores que contrataron obligaciones están jubilados. Nadie puede pedirles ahora explicaciones. Pero muchos trabajadores vivirán, y morirán, con las consecuencias.

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