El feminismo es el movimiento emancipador contemporáneo más potente

Como todos los 25 de noviembre, miles de personas en todo el mundo salieron ayer a las calles a denunciar la violencia que sufren las mujeres. En la sociedad vasca esta violencia es inapelable, se da en niveles crecientes y formas espeluznantes. Hasta septiembre se contabilizaron 6.448 agresiones en Hego Euskal Herria, un 6,5% más que el año anterior, mientras las denuncias por agresiones sexuales han crecido un 26%. En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa hay 3.629 mujeres con órdenes judiciales para protegerlas de sus agresores. La Ertzaintza mantiene algún tipo de protección sobre 5.588 víctimas de violencia machista. De estas, 297 son casos «graves», de riesgo alto o especial.

Este año cuatro mujeres –una de ellas embarazada– han muerto en Euskal Herria a manos de hombres con los que tenían o habían tenido una relación, o que eran de su familia. Este es el contexto más habitual de la violencia sexista. Lourdes del Hoyo, Maialen Mazón, Bego, Zhen Jiang y Mateo son la parte irreversible de una realidad tan trágica como cotidiana.
Por supuesto, esa violencia tiene otras muchas expresiones, menos graves, pero que apuntalan el sistema patriarcal, injusto y cruel por naturaleza. Toda agresión tuvo un comienzo más banal que, alimentado por la misoginia, las dependencias y la impunidad, derivó en violencia física. Otros muchos abusos marcaron de por vida la existencia de las mujeres.

Un sistema que tiene esa violencia como cemento social debe ser derribado. Para acabar con esa violencia y esa discriminación de forma radical y definitiva hay que acabar con el heteropatriarcado. El feminismo es el movimiento emancipador y el pensamiento crítico que vertebra esa utopía. A excepción de una minoría, todo el mundo se beneficia del avance de este proyecto político. Si se busca la igualdad y la justicia, apoyar esta causa es una obligación ética y política. Hay que recordar siempre estas ideas, también cuando se tienen dudas o discrepancias.

Tal y como explica hoy en 7K la formadora en autodefensa feminista Maitena Monroy, en ese camino para erradicar el patriarcado hay que ser capaces de «construir esas nuevas narrativas en torno a los afectos, en torno a la sexualidad, a lo que es la libertad».

Apoyo a la huelga feminista

En esta lucha necesaria, constante y cotidiana, el jueves que viene la sociedad vasca está llamada a una huelga general feminista para demandar un servicio público y comunitario de cuidados. En alianza con ELA, LAB, ESK, Steilas, CNT y CGT, el movimiento feminista de Euskal Herria propone esta vez una movilización mixta, de hombres y mujeres, y general, con paro de la producción y de consumo. Más de 1.500 comités de empresa ya se han adherido a la huelga.

La convocatoria interpela a los hombres, privilegiados evidentes de este sistema. Cómo no, se interpela a las administraciones vascas y se proponen cambios en la organización actual de los cuidados. A través de la privatización y mercantilización de las estructuras de cuidados, se condena a las mujeres a la discriminación y a condiciones de vida inaceptables. Se exige la derogación de la ley española de extranjería, porque las mujeres migrantes y racializadas son especialmente explotadas y castigadas.

En este contexto, la plantilla de GARA ha decidido en asamblea apoyar la huelga del 30M. Como es habitual, el grueso de la redacción parará la víspera para facilitar el cierre de la logística del sector de la prensa y, a su vez, garantizar la mejor información sobre las movilizaciones y acciones que se desarrollen el día de huelga en los polígonos, pueblos y ciudades vascas.

Desde el feminismo, en defensa de la igualdad, la justicia y la libertad para todas las personas y comunidades, la plantilla se suma a la reivindicación de un sistema público y comunitario de cuidados.

Bilatu