Nadie prohíbe a España competir en pelota vasca

La aceptación de la Federación de Euskadi en el seno de la Federación Internacional de Pelota Vasca el pasado 28 de diciembre en Iruñea, además de lógica, natural, como algo que cae por su propio peso, fue una decisión histórica para una demanda histórica. Sin embargo, ayer la Federación Española anunció que iniciará acciones legales contra esa decisión, respaldada por el Comité Olímpico Español y la Asociación del Deporte Español, denunciando maniobras que la Federación Internacional ya desmintió, al igual que el presidente de la Federación vasca, Gotzon Embil, quien ayer, ante los micrófonos de NAIZ Irratia, se mostraba optimista y convencido de que el Consejo Superior de Deportes español no tendrá otra opción que admitir que la Federación vasca es miembro de pleno derecho de la internacional.

La argumentación de la Federación española resulta, desde un punto de vista democrático, y también deportivo, entre delirante y absurda. Habla de «atropello nacionalista» y seguidamente de «proteger los intereses de España», unos intereses que conllevan la exclusión de otros, la imposición y el nulo respeto a las y los deportistas y a toda una comunidad que se identifica con ellos y ellas. Porque tanto a esos y esas pelotaris como a su comunidad se les pretende imponer que se identifiquen con selecciones ajenas. Y resulta aún más risible pero igualmente lamentable la utilización del mantra de la politización del deporte por parte de quienes impiden a los y las deportistas decidir libremente con quién competir.

El siguiente paso puede ser la participación de la selección vasca en el Campeonato Mundial de Argentina, pero no terminan ahí los retos, como lograr la inclusión en la selección vasca de los y las pelotaris de todos sus territorios. Pasos en el largo y absurdo camino que los y las pelotaris y su comunidad se ven abocados a recorrer. Porque no parece lógico tener que hacerlo para llegar a ejercer el derecho de representar a su país, ejercicio que ningún otro país u organismo debería tener la facultad de permitir o denegar. No obstante, aún se debate si los vascos y vascas tienen derecho como tales a participar en competiciones internacionales de pelota vasca.

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