Seis años de IHS, seis años de dignidad
Tres voluntarios de la red de acogida a migrantes Harrera Sarea de Irun (IHS) han hablado esta semana sobre el trabajo que la red ha llevado a cabo en sus seis años de existencia, trabajo que seguirán haciendo a pesar de la criminalización de la que son objeto y ponen en evidencia las siete personas que están a la espera de juicio por ayudar a los migrantes que intentan cruzar la muga entre el sur y el norte vascos.
Hace seis años, esos voluntarios observaron que entre Ipar y Hego Euskal Herria no hay frontera alguna; por ejemplo y salvo excepciones, para el viajero de piel blanca, pero sí para las personas racializadas. Entre Irun y Hendaia no existe esa frontera física que esperan quienes ven cortado su paso, no hay un muro ni un mar, sino un puente, «una muga sicológica», explican, en la que han muerto una decena de personas. La situación que vieron y la falta de voluntad de las instituciones para enfrentarla les llevó a organizarse. Muchos y muchas jóvenes africanas han sido la acogidas por IHS, pero también mujeres, solas, con hijos e hijas o embarazadas. Comenzaron atendiendo las necesidades más básicas de las personas que se dirigían a la muga, posteriormente les procuraban ropa, y después un lugar donde dormir a quienes no lograban atravesar la muga, que podía ser un gaztetxe, una pensión costeada por los voluntarios o incluso la vivienda de alguno de ellos. Y han atendido, además, otra necesidad básica ofreciéndoles «un poco de cariño, de humanidad» a quien llega con su autoestima tan deteriorada.
Mientras los voluntarios contaban su actividad, el Gobierno francés anunciaba que a partir de hoy mismo retomará los controles permanentes en los pasos fronterizos hacia otros estados, y la UE, con sus políticas migratorias, sigue demostrando que no está siquiera por analizar una solución. Si quienes tienen capacidad de implementar medidas para afrontar ese drama mostrasen la décima parte de dignidad y determinación que esos voluntarios, quizá se podría hablar de la Europa de la solidaridad y la libertad. Mientras tanto, seguirá siendo la Europa de la hipocresía.