Un discurso articulado, solemne y promisorio

No debía ser fácil para Aitor Esteban dar su primer discurso como líder del PNV, encontrar una voz propia que fuese reconocible y a la vez diferente a la del cargo que ostentaba hasta ahora en Madrid. Y distinta de la de su predecesor. El nuevo presidente del EBB, proclamado por unanimidad ayer en Donostia, lo hizo y lo hizo bien. Fue un discurso de acentuado contenido abertzale, de espíritu de orden y de corte cristiano o humanista. Una declaración de intenciones con la solemnidad que requería el acto y con mensajes internos. Su llamamiento a la «unidad, ejemplaridad y humildad» contiene algunas claves para entender el sentido de la crisis del PNV.

En relación a la unidad, Esteban demandó, por un lado, que se utilicen los cauces del partido y no se le ataque desde fuera, en un aviso a quienes en este proceso han transitado de la discrepancia a la disidencia sin demostrar un apoyo interno relevante. Por otro, reivindicó la territorialidad, se entiende que en referencia a la disputa entre alaveses y guipuzcoanos a cuenta del despropósito de Ezkio-Itsaso. El problema es que, además de los votantes, las redes clientelares provinciales presionan. Ahuyentado el «riesgo de división», la unidad también fue el mensaje central de Andoni Ortuzar.

Al hablar de ejemplaridad, Esteban se refirió a «dejarse la piel» en el trabajo político, una llamada a un estajanovismo que no está de moda. Prometió que serán «estrictos» y lo ligó con la honradez. Existe la preocupación de que nuevas generaciones de cargos públicos tengan un perfil más arribista que militante. Y es evidente que las encuestas señalan el problema de «amiguismo» que ya apuntaba “Entzunez Eraiki”.

Por último, reivindicó humildad y pidió que se escuchen las críticas, aunque no se compartan e incluso si son «injustas», porque Esteban considera que es la forma de mejorar y avanzar. La arrogancia es otra crítica común al partido, y no parece que esa tendencia se haya rebajado en el nuevo EBB.

Tras la buena retórica, llega la hora de la política. Ojalá Esteban acierte en afinar ese «instrumento» para «liberar a su pueblo». Eso esperan las mayorías abertzales y democráticas.

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