«Casualidades no hay; yo no creo en la buena suerte, ni en la mala»
Nacido en Bergara (1969), nueva figura que se suma a la brillante hornada de entrenadores vascos de Primera División, Garitano habla de fútbol con inteligencia, ilusionado ante el nuevo reto, seguro de sus ideas, «de que haremos las cosas bien».
Tras una temporada de ensueño y haber logrado, por primera vez en la historia, el ascenso a primera del CD Leganés que dirige, Asier Garitano pasó unos días de relax y de familia en su pueblo, Bergara. Muy pendiente del móvil, que echa humo, agradeciendo las felicitaciones de sus paisanos que lo paran por la calle, este nuevo referente de la brillante hornada de entrenadores vascos que abundan en la Liga atiende a GARA y comparte sus vivencias y reflexiones.
Humilde y accesible en el trato, Garitano habla de fútbol de manera sagaz e inteligente. Asiduo a ver fútbol en Segunda B y en Segunda, apenas ha seguido la Eurocopa, «solo la he mirado muy por encima, si ha coincidido, tomándome una cerveza, sin más». Le ocupa y le preocupa otra cosa, juega en otra liga, tiene que armar un equipo que, en el momento de la entrevista, solo tiene nueve jugadores.
Arrancamos preguntándole cómo lleva estos días de descanso con su gente. Con una sonrisa pícara, enmienda la pregunta: «Es un descanso activo. Los jugadores descansan, aunque les mandamos tareas para cuidarse. Yo no descanso. Tengo la cabeza metida de lleno en el siguiente proyecto, ahora es cuando más trabajo». Y prosigue con humor «bueno, trabajar, lo que se dice trabajar, como les digo un poco de broma a los amigos que trabajan 8 o 10 horas, yo trabajo dos meses y tengo diez de vacaciones. Mi trabajo, sobre todo en pretemporada, es muy tenso. Durante la temporada, no lo considero trabajo. Me lo paso tan bien que me resulta un poco exagerado llamarle trabajo».
El espejo del Eibar
Garitano es un apellido que recuerda a otra historia muy parecida. Asier y Gaizka Garitano cogieron un equipo en segunda B y lo subieron hasta la Primera División. Dos Garitanos, dos ascensos… ¿dará suerte el apellido? Quizá no sea muy original la pregunta, pero no perdemos la ocasión para recordárselo.
«No sé –entre risas–, pero además los dos ascendimos de segunda B a Segunda en L'Hospitalet, contra el mismo equipo. Sí, coincide todo un poco: cómo estaba hecho el Eibar y el Leganés, las estructuras, entrenadores vascos, con el mismo apellido... Ellos llegaron en dos años seguidos, nosotros necesitamos un año más. Ahora lo que nos hace falta es estructurar el club, algo que el Eibar ya lo ha hecho, de lo que podemos aprender, pero sí, yo creo que son dos historias muy parecidas».
Leganés, ciudad obrera del sur de Madrid, ha vivido un ascenso que el bergararra considera «algo histórico, no se me ocurre otra palabra. Leganés es bastante futbolera, hay afición por su equipo y bastante simpatía por el Rayo Vallecano. Sobre todo lo de la gente mayor es increíble. Gente que llevaba, no sé, 30 o 40 años de socio, faltaban dos o tres meses y me venían y me decían: "yo esto no lo soñé nunca". No ya ascender, sino vernos líderes de Segunda, tener posibilidades. Con el ascenso, me decían: "Asier, ya me puedo morir tranquilo". Esa sensación de hacer feliz a tanta gente es una auténtica pasada. No tiene precio, lo tienes que vivir».
Entrenar a futbolistas en paro
Para Asier Garitano entrenar en Primera División es «ver cumplida mi ilusión. Empecé a entrenar con la AFE, tuve la suerte de entrenar a 22 jugadores en paro. Me marcó mucho, no lo olvido». El bergararra siempre tenía el mismo objetivo: llegar a Primera. «A los jugadores que he tenido, en las charlas o cuando firmaba con ellos, siempre les decía lo mismo: no nos conformamos, la ambición es llegar a estar con los mejores».
Tras el salto de Segunda B a Primera, le preguntamos si el fútbol sigue siendo el mismo o si hay otros códigos, otras claves, otras dimensiones más o menos exageradas que lo cambian. Responde seguro: «Sin duda, lo más complicado es salir de Segunda B. Es una categoría con muy buenos jugadores, es muy difícil poder salir. En Segunda, la diferencia está en el entorno: los medios de comunicación, las obligaciones que deben tener en los campos, te marcan presupuestos… pero lo que es en el día a día con los jugadores, no cambia nada. Es fútbol profesional. En Segunda B tú tienes que generar el dinero. El fútbol profesional te da esas cosas hechas pero te tienes que adaptar. La Primera División, como yo lo veo, es como la Segunda pero a lo bestia. Te tienes que volver a adaptar a unas obligaciones que nosotros no conocemos. Hemos llegado demasiado pronto a Primera y hay que hacer muchas cosas en muy poco tiempo. Pero con la ilusión que hay seguro que hacemos las cosas bien y que daremos guerra».
«Ni miedo, ni presión»
Tiene claro qué se puede esperar del Leganés, cuál será su propuesta futbolística. «Hay que ver qué plantilla hacemos. Pero si tenemos la posibilidad de ir al perfil de jugadores que quiero, espero que sea un equipo atrevido, equilibrado, sin objetivos a largo plazo, que compitamos cada partido para estar más cerca de ganar que de perder».
Entrenar en Primera debe dar un poco de miedo, vértigo, presión. Planteamos a Garitano si le dicen algo esas sensaciones: «Nada, nada. Solo ilusión. Ni miedo, ni presión. Voy contento, la presión nos la pondremos nosotros y miedo ninguno, haremos bien las cosas. El miedo te hace ser peor en el deporte».
Tiene muy claro qué tipo de jugadores necesita su equipo. «Desde que llegué al Leganés y tuve que firmar 16 jugadores, busqué futbolistas que tuviesen hambre de querer siempre más, de jugar en categorías importantes. Sigo apostando por lo mismo: que tengan hambre. En el Leganés siempre nos ha funcionado ese perfil».
Eso sí, reconoce que «tendremos que abrirnos a un mercado internacional que no conocemos. Tenemos que aprender a movernos ahí. Controlábamos a fondo la Segunda B y la Segunda, pero en Primera es muy difícil firmar para el Leganés. Creen que somos carne de descenso, muchos jugadores son reacios a venir. Pero siempre ocurre así, cuando subimos a Segunda la gente no quería venir, pero en el segundo año ya querían venir. El Leganés tiene potencial: es Madrid, es un club familiar, serio… tiene muchas cosas buenas para crecer deportivamente. Con nosotros han crecido la mayoría de jugadores».
«Algo tenemos, algo diferente»
Garitano siempre ha contado en su equipo con jugadores vascos: Eraso, Bustinza, Galarreta, Guillermo… Le preguntamos qué aportan, si se encuentra más cómodo o tienen una cultura deportiva especial. «Y a Eizmendi, Albizua, Serantes. Antes tuve a Fran Moreno, a Santamaría… Aportan de todo un poco y en conjunto, mucho. Cuando yo llegué a Leganés el primer jugador vasco que firmé fue Javi Eraso. Le habían echado del Athletic, daba el perfil que buscábamos. Con Eraso lo conseguimos, creció muchísimo en dos años, y con ello se abrió una puerta en el Athletic. El ejemplo que suelo poner a mucha gente es el de Bustinza: la gente me decía que no lo conocían… ¡Joder, no lo conocemos! ¡Pues fue titular en la final de Copa contra el Barça y está en el Leganés! Ese tipo de jugador que no se conforma con tener pocos minutos en Primera, capaz de bajar a Segunda para luego dar un salto hacia arriba… ese es el jugador que busco. Ellos querían venir, el Athletic no les obliga, eligieron el Leganés y yo, !encantado!».
Esta temporada la Liga tiene cinco equipos vascos, y hasta hace poco ocho entrenadores vascos –Unai Emery ha fichado por el Paris Saint-Germain y Javi Gracia por el Rubin Kazan de Rusia–. Invitamos a Garitano a reflexionar sobre ello, sobre si cree que son métodos de trabajo distintos o una pura casualidad:
«Métodos diferentes, no sé, en todos los sitios se trabaja diferente. Pero es mucho, una barbaridad. Algo tenemos, algo diferente, no es casualidad que haya tantos equipos y tantos entrenadores vascos. Algo tiene que haber, no sé el qué, no puedo darte una explicación académica, pero seguro que algo hay. Como les suelo decir a mis jugadores: casualidades no hay. Yo no creo en las casualidades, ni en la buena suerte ni en la mala. No sabría decirte la razón precisa pero seguro que no es ninguna casualidad».
«Ni pilotaria nintzen, Athleticek pilotan segitzen utzi zidalako onartu nuen joatea»
Bergaran Asier Garitano aipatu eta zuriz jantzita, aurrelari fin, pilotari peto-petoa gogoratuko dute askok. «Beti gustatu zait kirola, tope, baina gaztetan futbola baino gehiago maite nuen pilota. Beti etxetik frontoira bueltaka nenbilen, Angiozarrera joatean hango elizpean pilotan edo futbitoan, baina gustatu, egia da pilota gehiago gustatzen zitzaidala».
Pilotari profesional izandako eta egun Aspeko zuzendari teknikoa den Jokin Etxaniz laguna zuen bikote, eta herriarteko txapelketan eta torneoetan dotore ibiltzen ziren oso, «alebinetan Gipuzkoako txapeldun ere izan ginen». Bergaran futbolaren eta pilotaren artean aukeratzera behartu zuten. Pilota hautatu zuen. Bizitzaren txiripak zer diren, baina. Lekeition oporretan zela, hondartzan futbolean zebilela, Athleticeko begiraleak ikusi eta hamar urterekin proba bat egitera deitu zuten Lezamara. «Athleticek pilotan segitzen utzi zidalako onartu nuen joatea».
Hamazazpi urteetatik bizi da futboletik, sonak batere aldatu ez duen pertsona umil hau. Beñat Rezusta herrikidea segiten duen Irujozale honek orain kirol gutxi egiten duela aitortu digu. «Noizean behin entrenamendutik etxeraino 40 minutu antxintxika, eta buruan futbola bueltaka eta bueltaka».
«Ez naiz aspertzen futbolarekin, beti dut gogoan eta eroso nago oso», diosku Ipuruan edo San Mamesen jokatzeak Camp Nou edo Bernabeun baino ilusio handiagoa egiten dion bergararrak. Noizbait euskal talde batean ikusiko ote dugun galdetuta, «batek jakin, zaila da, baina, oxala!» dio.M.Z.