La decisión de bautizar la estación de autobuses de Gasteiz con el nombre de Adolfo Suárez ha provocado un fuerte debate social en la capital alavesa. La elección, anunciada él sábado por «El Correo» y ratificada vía Twitter por el alcalde, Javier Maroto, ha despertado el malestar de una buena parte de la ciudadanía, que no olvida la responsabilidad del que fuera antes ministro-secretario general del Movimiento en la masacre del 3 de marzo de 1976, cuando la Policía Armada española abatió a cinco obreros en el barrio de Zaramaga.

En internet más de 7.500 personas han firmado una iniciativa que tiene por objeto que la estación, que abrirá sus puertas este verano, se llame 3 de Marzo. El texto adjunto a la petición recuerda que tres años antes de ser elegido presidente en las urnas Suárez era parte de un «gobierno de derechas que asesinó a cinco trabajadores a balazos». «No estamos de acuerdo con rememorar a una persona implicada en una masacre», manifiesta la petición.

Una «provocación»

A este respecto, Martxoak 3 señaló ayer que la decisión del regidor es una «provocación». «Suárez no merece ningún homenaje, todo lo contrario. Lo que debería hacer el Ayuntamiento con su alcalde al frente es liderar la lucha contra la impunidad del mayor crimen que ha sufrido la capital alavesa en su historia reciente», añadieron tras recordar, pese a que no les corresponde decidir el nombre de ninguna estación, sí tienen la obligación de denunciar «la hipocresía de Maroto y el PP. Es una farsa posicionarse a favor de recordatorios de homenaje a las víctimas del 3 de marzo y a continuación enaltecer a los responsables de la dictadura criminal que las provocó».

En respuesta a las críticas, Maroto anunció ayer que defenderá el nombre de Adolfo Suárez, aunque tratará de consensuarlo con el resto de grupos. Cabe señalar que PNV, PSE y EH Bildu han rechazado a la idea del primer edil derechista.