Arnaldo Otegi ha sido trasladado este domingo a su domicilio familiar de Elgoibar para visitar a sus allegados. Numerosos medios de comunicación se han dado cita en la localidad guipuzcoana por la presencia de Otegi.
El líder independentista ha llegado a su casa en la localidad guipuzcoana a las 9.30 horas, custodiado por ertzainas de paisano, en una furgoneta gris con cristales tintados que ha estacionado a menos de un metro del portal, por lo que apenas ha sido visto por los vecinos que paseaban por la céntrica calle en la que reside.
Ha permanecido durante una hora y veinte minutos en su domicilio, al que han acudido sus padres y otros allegados.
Pasadas las 10.45 horas el secretario general de Sortu ha sido introducido rápidamente a la furgoneta, que había hecho una maniobra para situarse muy cerca del portal, tras lo que el dispositivo policial ha abandonado el lugar.
Otegi estaba custodiado por tres agentes de paisano, mientras que otros dos vehículos todoterreno de la Ertzaintza sin distintivos, en los que viajaban otros cinco agentes, completaban el dispositivo de seguridad.
A través de su cuenta en twitter, Otegi ha difundido una fotografía con la frase: «Una hora en casa, después de 4 años».
Permiso extraordinario
El líder independentista se encontraba encarcelado en la prisión de Logroño y el viernes fue trasladado a la prisión de Zaballa en virtud del permiso extraordinario concedido por Instituciones Penitenciarias para acudir al funeral de su suegra, Julia Gorrotxategi Osoro. Sin embargo, no ha sido trasladado a Elgoibar hasta esta mañana.
Tras reunirse durante una hora con sus allegados en el domicilio familiar, Instituciones Penitenciarias aseguró el viernes que Otegi será conducido de inmediato de vuelta a la cárcel de Logroño. Las citadas fuentes señalaron que se trata de un permiso extraordinario, un derecho que tienen todos los presos y que contempla la legislación en casos de este tipo.
Otegi fue detenido y encarcelado en 2009 por impulsar el cambio de estrategia de la izquierda abertzale. El Tribunal Supremo español confirmó en 2012 la sentencia que le condenó, junto a Rafa Díez, Arkaitz Rodríguez, Miren Zabaleta y Sonia Jacinto, a penas de entre seis y seis años y medio de prisión.
El dirigente abertzale, que durante su estancia en prisión fue propuesto para el cargo de secretario general de Sortu por las bases, fue trasladado a la prisión de Logroño en mayo de 2010.