Carlos García Preciado fue condenado en 2000 a 16 años de cárcel, declarado culpable de formar parte de un grupo que arrojó cócteles molotov contra una sucursal de Caja Laboral en Andoain en agosto de 1997. La sentencia se basó en el testimonio de una único testigo.
El Tribunal consideró que su actuación se había llevado a cabo «siguiendo la estrategia diseñada por la organización terrorista ETA». Estos quince últimos años ha estado en búsqueda y captura, hasta su detención este miércoles en la capital italiana.
Sortu: «Fuera de lugar y del tiempo político para la paz»
El portavoz de Sortu Pernando Barrena ha señalado en una nota que el arresto de Carlos García «se antoja totalmente extemporánea, máxime si tenemos en cuenta que se le reclama por su participación en hechos ocurridos hace 18 años, que su imputación se basó en la declaración de un solo testigo, y que fue objeto de una condena a 16 años únicamente por daños materiales».
Ha reiterado que «el nuevo tiempo político para la paz y la resolución del conflicto exige políticas públicas tendentes a vaciar las prisiones, y no actuaciones para continuar llenándolas» y ha advertido de que «la constante y exclusiva utilización de la administración de justicia, así como de la actuación policial para abordar las consecuencias del conflicto, no va a traer soluciones y está fuera de lugar y del tiempo político para la paz».