La alcaldesa de Baltimore (EEUU), Stephanie Rawlings-Blake, ha declarado el toque de queda en la ciudad que se prolongará durante una semana entera después de las protestas provocadas por la muerte de un joven negro en dependencias policiales.
Las autoridades pretenden rebajar así los disturbios las últimas horas de las calles de Baltimore. El último balance policial ha cifrado en 27 los detenidos durante las protestas, además de quince agentes de policía heridos, dos de los cuales permanecen en el hospital «en estado grave», según las autoridades. Las protestas comenzaron tras el funeral de Freddie Gray.
Gray falleció en el hospital el pasado 19 de abril por un golpe de la Policía una semana antes.
Los disturbios han provocado también importantes daños materiales, con la quema de vehículos y una tienda, así como saqueos en varios comercios. En este contexto, la Guardia Nacional de Maryland EE.UU ha pedido 5.000 agentes más y la Policía estatal otros 500 agentes adicionales para «controlar« las protestas.
Durante los últimos meses se han repetido los casos de violencia policial frente a la población negra estadounidense. La muerte de Michael Brown en agosto encendió la chispa de las protestas, y durante abril se han registrado, al menos, dos fallecimientos más en Oklahoma y Carolina del Sur.