Al parecer, una pulmonía ha sido la causa de la muerte de esta mujer de 75 años, atípica en sus moldes y que ha mantenido una total independencia de las modas estéticas o los intereses del mercado del arte. Una de sus últimas aportaciones en las que seguía trabajando en los últimos meses se centraba en la computación en el arte. En su casa de Azpiroz, rodeada de ordenadores y escáneres, trabajaba en la obra ‘Antígona’, de la que había creado innumerables versiones y que, según aseguraba, no acabaría hasta quedar plenamente satisfecha con el resultado.
En 1988 obtuvo el primer premio en Zeitscrift für Kunst und Medien en Karlsruhe (Alemania). Su obra se encuentra en museos y colecciones privadas y públicas, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, el Museo de Bellas Artes de Álava y el IVAM.
En 2006 el Consejo de Ministros español la galardonó con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. En 2011 fue galardonada con el Premio Nacional de Artes Plásticas.