La dirección de TRW en Landaben ha notificado este martes a los representantes de los trabajadores su intención de despedir a 250 personas, lo que supone más de un tercio de la plantilla. Además, ha indicado que solo garantiza el trabajo al resto hasta el año 2018. La plantilla llevará a cabo este miércoles un paro de 24 horas.

TRW anunció la pasada semana que iba a poner en marcha un proceso de «despido colectivo», argumentando que pese a haber tomado diferentes medidas la planta de Iruñea seguía «sufriendo pérdidas».

La dirección ha defendido hoy que este proceso de despido pretende «mejorar la competitividad, la eficacia y la rentabilidad de la planta para asegurar su futuro».

«La planta está en una situación muy delicada y sigue perdiendo dinero», afirma en la nota Maciej Gwozdz, vicepresidente de operaciones europeas, quien señala además que «los clientes no están poniendo nuevos negocios en Pamplona» y la previsión actual es «que las ventas caigan un 70% durante los próximos 5 años».

Gwozdz precisa que esto «significaría que más de 400 personas quedarían sin trabajo» y de ahí que la dirección de TRW quiera "ganar nuevos negocios para garantizar el futuro».

Josi Álvarez, presidente del comité, ha indicado que la representación de la plantilla «se mantiene en la búsqueda de alternativas que posibiliten un futuro para todos». Los trabajadores están celebrando asambleas para analizar la situación y adoptar «las medidas que veamos oportunas». El próximo jueves las dos partes mantendrán una nueva reunión.

Álvarez ha pedido «la implicación del Gobierno de Navarra, que vea que aquí hay 250 familias navarras afectadas».

Pedro Larrea, de LAB, ha tildado el ERE de «auténtica salvajada». Ha explicado que el proceso planteado por la empresa recoge que los despidos serán en 2016 y 2017, el primer año del orden de 180 trabajadores entre personal directo (producción), indirecto (soporte) y empleo (oficinas), y el resto en el segundo año.

Larrea ha señalado que de momento la empresa no ha hablado de condiciones económicas para la extinción de contratos, algo que quizá plantee en la reunión prevista para el jueves.

Para entonces la representación social espera llegar a un acuerdo unitario de movilizaciones y contar con el apoyo de la plantilla para llevarlas adelante con el objetivo, «y así se lo hemos dicho hoy», de que «el futuro tiene que ser para todos, deben garantizar el empleo de todos».