El Frente Polisario optó ayer por el continuismo y, como se esperaba, eligió a Brahim Gali, histórico líder militar y uno de los fundadores del movimiento independentista como secretario general y presidente de la República Árabe Saharaui (RASD). Gali, de 67 años, único candidato, obtuvo un 93,19% de los votos emitidos por los 2.470 congresistas reunidos en el campo de refugiados de Dakhla, el más occidental de los establecidos hace 40 años en el desierto argelino. El nuevo presidente sucede a Mohammed Abdelazziz, fallecidos el pasado 31 de mayo tras cuatro décadas en el cargo.
El congreso, en el que tomaron parte 82 delegaciones internacionales, se ha desarrollado entre fuertes medidas de seguridad. Casi 1.000 soldados y gendarmes fueron desplegados dentro y fuera del recinto ante la amenaza yihadista inherente a la zona en que se encuentran los campamentos de refugiados saharauis desde 1975.
Hassana Abdelazziz, del Ministerio saharaui de Información, declaró a GARA que «durante el congreso, el antiguo presidente y ahora mártir Mohammed Abelazziz, ha estado muy presente y todos los delegados o representantes de países extranjeros que estaban invitados han remarcado lo buen dirigente que fue». El veterano periodista añadió confiar en que «el nuevo presidente sea aún mejor, aunque lo tendrá difícil visto que papel jugó el mártir Mohamed Abdelazziz».
Antes de su designación como único candidato a la presidencia de Gali se oyeron otros nombres. Entre ello, los de Mohamed Jadad, jefe de la diplomacia saharaui en las negociaciones con Marruecos, y Hama Salama, actual Ministro del Interior. Los dos gozan de muy buena reputación entre las bases del Frente Polisario y la sociedad civil. «Son gente que no se deja corromper, de ideas claras y que trabaja mucho por el pueblo señaló Msailah Zouri, de 26 y residente en Vitoria-Gasteiz. Sin embargo, uno de los requisitos para poder optar a la Presidencia era ser militar y tener experiencia en el campo de batalla, característica que no cumplen ni Jadad ni Salama al no haber participado en la guerra contra Marruecos.
También se escuchó el nombre de Bachir Mustafa Sayed, hermano del fallecido presidente Luali Mustafa Sayed, actualmente consejero de Presidencia. Su presencia en este tipo de eventos siempre es bien recibida por las bases. Bachir, que desde los inicios del Frente Polisario ha ostentado cargos de relevancia, es otro defensor de la vuelta a las armas con experiencia militar, pero finalmente no se postuló para la elección.
En declaraciones a Efe, Omar Mansur, miembro de la Secretaría General del movimiento, señaló que «respecto al futuro del Polisario creemos que no hay una interrupción, que con el nuevo secretario general tenemos todas las posibilidades de seguir por la línea trazada por el presidente Mohamad Abdelaziz». En la primera reacción oficial, Mansur indicó que «es una línea de cooperación con Naciones Unidas, pero al mismo tiempo de reconstrucción y de reforzamiento de las fuerzas armadas saharauis para tener un mayor apoyo y presencia en la comunidad internacional». Los objetivos y las dinámicas se mantienen, agregó.
Militar y negociador
Considerado de la «rama dura» del Frente Polisario y una de las voces más influyentes del liderazgo saharaui, Gali deberá hacer frente a varios problemas a partir de su toma de posesión, prevista para hoy, entre ellas la de presionar para la celebración del prometido referéndum de autodeterminación.
Sobre la mesa encontrará la renovación del mandato de la Minurso (misión de la ONU para la organización del Referéndum en el Sahara Occidental), por el Consejo de Seguridad el día 26 de julio. Marruecos expulsó a 74 de sus miembros tras unas declaraciones del secretario general del organismo, Ban Ki-moon, en las que calificaba a al reino alauí de «país ocupante» y cuya retirada exige Marruecos.
El desafío alauí podría marcar un punto de inflexión en la política saharaui respecto al mantenimiento del alto el fuego. El nuevo presidente nunca ha ocultado su determinación por volver a coger las armas si Marruecos no quiere negociar, pero se ha mostrado más diplomático en los últimos años.
También está previsto que Gali haga hincapié en que la Minurso supervise el respeto a los derechos humanos en la zona ocupada por Marruecos, una demanda del Frente Polisario que data del año 1991. Cada vez que esta exigencia ha llegado al Consejo de Seguridad de la ONU se ha topado con el veto francés, sempiterno aliado de Marruecos para asuntos internacionales y militares. Así la misión en el Sahara de la ONU se ha convertido en la única en el mundo con un mandato que no incluye vigilar que los derechos humanos sean respetados por ambos bandos.
Según declaró a los medios de comunicación Bachir Mustafa Sayed al término del congreso, «Gali es el peor presidente saharaui que podría haber para Marruecos porque va a presionar mucho a nivel internacional y ante las instituciones europeas».
Brahim Gali deberá hacer frente también a la cuestión de la inseguridad en la zona y al aumento del tráfico de drogas en los campamentos. Desde la caída de Muamar Gadafi, grupos yihadistas se han hecho fuertes en el área llegando incluso a atacar bases del Ejército de Mauritanos para asegurar la ruta del hachís procedente de Marruecos y de la cocaína de Guinea. La base de la economía saharaui es la ayuda que recibe del exterior y la cooperación internacional y sin asegurarla poco podrá hacer el Frente Polisario para conseguir sus objetivos.
Según Ahmed Salem Lebsir, jefe del segundo batallón de la quinta región de Bir Lehlu, «Brahim es tan buen negociador como militar, pero tiene menos paciencia que Mohamed Abdelazziz. En el plano militar, es un hombre con más determinación que su antecesor y no le tiembla el pulso ante nada».
Hassana Chej, locutor de la radio saharaui, asegura que «es un relevo natural a Abdelazziz, que si bien es un histórico puede aportar aire nuevo a la política tanto interna como externa. El pueblo se siente respaldado con Gali en la Presidencia y la moral está muy alta».
Durante el congreso varios representantes políticos del Estado español tomaron la palabra para expresar su apoyo a la causa saharaui y recordar al difunto presidente Abdelazziz. En nombre de EH Bildu, Lorena López de la Calle denunció micrófono en mano «a España país colonizador», unas palabras que fueron aplaudidas por una parte del público saharaui y provocaron murmullos en otra. Desde Bruselas, Cayo Lara mostró su apoyo al pueblo saharaui y recordó que «desde el Parlamento Europeo, que ha condenado en numerosas ocasiones la brutal ocupación marroquí».
Un líder histórico de la «rama dura» del Frente Polisario
Brahim Gali nació en Smara el 16 de septiembre de 1949, bajo ocupación colonial española. De familia nómada, su padre colaboró en algunas campañas de exploración con el Ejército español franquista, adentrándose casi hasta territorio argelino en 1941 (en plena Segunda Guerra Mundial). Buen conocedor del desierto, su familia proviene de una de las tribus más importantes del Sahara Occidental, la R´Guibat (también Erguibath), pero de una rama menos numerosa que la Awlad Taleb. Desde sus inicios en la resistencia saharaui contra los españoles mostró ideas abolicionistas (hasta 1970 la esclavitud fue legal en el Sahara Occidental español) y antitribalista. Estas ideas, renovadoras entonces, le granjearon mucho respeto de los jóvenes que se sumaban al movimiento rebelde.
En 1969, junto con otros miembros de su tribu, fue parte importante del recién iniciado Movimiento Nacional de Liberación Saharaui liderado por Bachiri Lebsir (desaparecido en 1970 cuando se encontraba preso en una guarnición del ejército español). Aunque fue un miembro destacado de la resistencia en sus comienzos, también trabajó, como antes lo hiciera su padre, con las tropas nómadas que peinaban el desierto para evitar la incursión de atacantes marroquíes. Su habilidad para moverse en un terreno tan hostil como es el desierto le hizo ganarse fama de buen soldado.
Mientras trabaja para los españoles también colaboraba muy activamente en repartir propaganda por las calles de las ciudades como Smara y El Aaiún. Detenido varias veces, pasó un año en la cárcel de la Comandancia de El Aaiún antes de ser puesto en libertad, reclusión que aprovechó para organizar con otros miembros de Movimiento Nacional de Liberación Saharaui el nuevo y renovado Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Río Oro (Frente Polisario). Fue su primer secretario general y en calidad de tal lideró el primer ataque contra el Ejército español, el 20 de mayo de 1973 en Janquet Quesat. Casi un año después Luali Mustafa Sayed fue elegido secretario general de la organización y Gali ostentó durante años el cargo de máxima autoridad militar.
Con un apoyo casi total al principio de la contienda, Brahim Gali fue adquiriendo fama de duro y de buen guerrillero, pero también de negociador. Junto con el secretario general Luali integró la comisión negociadora con el gobernador del Sahara español, el general Federico Gómez Salazar, en el año 1975. La mayor parte de esas conversaciones no ha trascendido todavía, pero según declaraciones del entonces secretario general Luali Mustafa Sayed no fueron «muy fructíferas».
Hasta el año 1989 ocupó el cargo de ministro de Defensa para, posteriormente, comenzar a negociar con Marruecos el alto el fuego del año 1991. Durante este período fue también jefe de la segunda región militar de Bir Lehlu, una de las más difíciles de defender, ya que por su orografía le dejaba muy expuesta a la incursión de aviones franceses Fouga Magister y Northrop F-5A. No obstante, Erguibi Sahel, soldado desde el año 1977 en esta región, asegura que «Gali era un buen estratega. Manejaba la guerra de guerrillas como nadie. Viendo el potencial que tenían esos aviones ideó sistemas de defensa muy inteligentes que hicieron que no murieran ni la décima parte de los soldados del Frente Polisario que Francia pensaba que mataría. Para los marroquíes fue una posición indefendible y caían como moscas cuando hacían incursiones».
Tras el alto el fuego de 1991, Brahim Gali fue nombrado embajador del Sahara Occidental en el Estado español, cargo que ocupó hasta 2008. En el año 2013, fue imputado en una causa abierta por «limpieza étnica» por el juez español Pablo Ruz. La denuncia fue presentada por ASADEH (Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos), una organización creada,según activistas del Sahara Occidental, por los servicios secretos marroquíes y el único grupo de derechos humanos del Sahara Occidental que cuenta con «salvoconducto real». La causa aún sigue abierta en la Audiencia Nacional española.GARA