La central nuclear de Garoña echará el cierre definitivo después de que el Gobierno español haya acordado no autorizar la solicitud de renovación de autorización de la explotación de la planta, según ha anunciado el ministro de Energía, Álvaro Nadal.
En una rueda de prensa convocada para informar de la decisión del Ejecutivo, Nadal ha indicado que las «circunstancias actuales» no garantizan la suficiente certidumbre sobre el futuro de la planta si se autorizara su reapertura. Como principales argumentos, ha recordado que todo el arco político se oponía a la reapertura –a excepción del PP– y que ni siquiera las empresas propietarias, Iberdrola y Endesa, se habían puesto de acuerdo.
Ha añadido que, cuando estaba abierta, su aportación a la red energética era muy pequeña, y que para su reapertura serían necesarios un plazo de dos años y unas inversiones millonarias. Nadal ha subrayado que esta decisión no sienta ningún precedente sobre el futuro de otras centrales nucleares en el Estado español.
La decisión del Gobierno se ha tomado seis meses después de que el pasado 8 de febrero el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) emitiera un informe favorable a la renovación de la autorización de explotación sin una fecha determinada.
Este informe establecía un conjunto de diez condiciones, quince instrucciones técnicas complementarias y un programa de pruebas de arranque en el que se verificaría el cumplimiento de todo ello, antes de que la central pudiera, en caso del permiso del Gobierno, volver a cargar combustible.