Por el Passeig de Gràcia ha discurrido la movilización unionista del 12 de octubre en Barcelona. Un día después de que el presidente español, Mariano Rajoy, pulsara el botón de arranque de la aplicación del artículo 155 para suspender la autonomía catalana, la mayoría de los gritos han sido contra su president y contra otros pilares autonómicos como la policía y la televisión pública. La pancarta de cabeza, por contra, rezaba «Catalunya sí, España también».
En un ambiente bastante familiar en las primeras filas y con profusión de banderas españolas y unas pocas senyeras, el lema más insistente ha sido de nuevo para pedir cárcel para Puigdemont, y esta vez también contra Trapero. En la parte de atrás se han concentrado los grupúsculos más ultras o directamente frikis, con sus propias pancartas.
En la parte, dirigentes de SCC, con su presidente, Mariano Gomá; y en posiciones cabeceras responsables de Ciudadanos y PP, con la líder de la oposición en el Parlament, Inés Arrimadas, como la más jaleada. No se ha visto a su homólogo del PP Xavier García Albiol, por lo que la mayor representación de esta formación ha sido su líder municipal en Barcelona, Alberto Fernández Díaz.