El diputado de Medio Ambiente de la Diputación de Gipuzkoa, José Ignacio Asensio, ha comparecido este mediodía ante las Juntas en una solicitud de urgencia presentada por EH Bildu y Elkarrekin Gipuzkoa.
Sobre la mesa, una vez más, el funcionamiento de la incineradora, en el marco de unos reconocidos problemas técnicos y unas denuncias administrativas que el máximo responsable de la instalación ha insistido en calificar de «meros trámites».
Por parte de las proponentes, Ainhoa Intxaurrandieta (EH Bildu) ha repasado los incidentes acaecidos en los últimos meses –incendio en un transformador, vertido de amoniaco…– mientras que Arantza González (Elkarrekin) ha puesto sobre la mesa una larga batería de preguntas sobre los permisos de Zubieta para producir y verter energía, sobre la homologación de los hornos o sobre el destino de las cenizas.
«Muestre la documentación, no nos diga que faltan ‘meros trámites administrativos’», ha espetado. Una solicitud que ha indignado a la portavoz del PSE, Susana García Chueca, que ha tildado de «gravísimo» no creer a pies juntillas lo que dice Asensio y sí en cambio dar pábulo a una asociación como GuraSOS.
En su opinión, a los grupos que han solicitado la comparecencia «les importa bien poco lo que ha pasado o pueda pasar. Ellos hicieron hace años su relato y aprovechan cualquier cuestión para venir aquí a acusar. Una vez más, el objetivo de GuraSOS y de quienes se hacen eco es solicitar el cese de actividad de la incineradora».
El diputado foral, más arisco al principio pero más comedido al final, ha terminado invitando a quien lo desee a visitar GHK para disponer de todos los papeles. También ha ido respondiendo a las cuestiones planteadas, no todas, aunque le han tenido que insistir para ello.
Autorización temporal a la espera del arreglo
Asensio ha explicado que el transformador principal está averiado y que por ello la generación de energía electrica, que se lleva a cabo con una instalación auxiliar, está autorizada con carácter temporal. Una vez que se repare, y en el plazo de 6 meses, se deberán hacer las pruebas y se deberá solicitar la autorización definitiva.
Mientras tanto, ha insistido en que autorización temporal es suficiente, según los informes jurídicos de GHK. A esto es a lo que se refiere como «mero trámite administrativo», ya que «en ningún momento el funcionamiento de la planta se ha visto afectado». Lo que son definitivas, ha añadido, son las autorizaciones para tratar residuos.
A su juicio, toda esta polémica se debe a que la pasada semana la incineradora «empezó a actuar a pleno rendimiento, y eso a algunos no les gusta. Gipuzkoa es un territorio autosuficiente sin la necesidad de vertederos».
Incluso ha ido más lejos al subrayar que «el modelo Zaldibar no es nuestro modelo, esto es lo que evita ese tipo de vertederos», obviando que era su compañero de partido Iñaki Arriola el consejero de Medio Ambiente cuando ocurrió el accidente en este depósito vizcaino, en el que fallecieron dos personas, una de las cuales sigue desaparecida más de nueve meses después.
Cenizas a Bizkaia y Valladolid
También ha indicado que espera que el transformador esté arreglado para primeros de año y que «la gestión de cenizas le corresponde a Ekondakin», la empresa concesionaria, que las está llevando a dos empresas llamadas Sader (Bizkaia) y Cetransa (Valladolid). Y ha insistido, contrariamente a la documentación aportada por GuraSOS, en que la energía que se está produciendo se está volcando «en un 85%» en la red eléctrica.
Al respecto, Ainhoa Intxaurrandieta ha replicado que es el deber de Asensio «documentar lo que dice. Si dice que tiene permisos, tiene que mostrarlos. Los únicos documentos que hemos visto –los dados a conocer por GuraSOS– son los que contradicen lo que usted dice. Tenemos documentación que dice que no se puede verter energía». Este punto es uno de los que han quedado sin aclarar en la comparecencia.
En su último turno de palabra, el diputado de Medio Ambiente ha asegurado que los hornos están homologados y ha indicado que existe un convenio con Bizkaia para la utilización del vertedero de Jata, que se ha prorrogado por un año más porque «este año no hemos llegado al mínimo que teníamos acordado», pero no ha precisado cuánto y cuándo se ha enviado a ese lugar durante 2020.