Satorralaia ha denunciado ante el Servicio de Costas las obras que Eusko Trenbide Sarea (ETS) está llevando a cabo en el subsuelo de la playa de La Concha. Este colectivo asegura que los trabajos de «inyección de lechada de mortero» que se están ejecutando han causado «vertidos de cemento que van a parar directamente al mar», por lo que reclama «la paralización de dichos trabajos».
En el vídeo se aprecia una sustancia gris sobre la arena. Hace cuatro días, el grupo ecologista Eguzki ya denunció en su cuenta de Twitter que se estaba vertiendo cemento en la bahía, pero posteriormente rectificó, cuando le advirtieron de que era un material geológico llamado marga gris, que se encuentra «tres capas más abajo de la arena».
Al parecer el vertido que se aprecia no es cemento sino magras grises. Nos tranquiliza ya que no son contaminantes.
— Eguzki (@EguzkiEH) December 18, 2020
Cómo movimiento social nos toca estar encima de proyectos de dudosa utilidad y de gasto público desmesurado, aunque toque rectificar.
Así seguiremos. https://t.co/edaktsQsUy
Satorralaia entiende que los trabajos incumplen las «condiciones ambientales establecidas en el permiso de Costas concedido mediante la Resolución del 14 de junio de 2017 de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar».
Entre esas condiciones está que «las obras se desarrollarán sin que haya ninguna afección en la superficie» y «sin acometidas desde la superficie de la playa», una circunstancia que según Satorralaia se está incumpliendo.
«El permiso de Costas daba por sentada la prohibición de cualquier tipo de vertido a las aguas marinas», remarca este colectivo, que insiste en que «se están produciendo vertidos de mortero líquido y aditivos incorporados que van a parar directamente al mar».
Satorralaia apunta que los informes de Lakua aseguraban que la excavación del túnel se iba a realizar «sin ningún tipo de inyección al terreno», pero la detección de cavidades kársticas hace que se esté depositando lechada de mortero en cantidad «considerable», tanta que el consejero Iñaki Arriola «cifró el 30 de octubre en 7 millones de euros el gasto realizado» en este material.
Satorralaia entiende además que ETS era conocedor al menos desde mediados de 2019 de la existencia de dichas cavidades antes de producirse el derrumbe del pasado junio junto al hotel Londres y el posterior socavón en la calle Zubieta.
«A pesar de que en los días previos al siniestro se produjeron alarmantes filtraciones de agua y arena al túnel, denunciadas en un vídeo difundido por los propios trabajadores, los responsables de la obra prosiguieron la perforación sin adoptar ninguna medida preventiva ante aquella evidente situación de riesgo, que desembocó finalmente en la catástrofe».