Dabid Lazkanoiturburu
Nazioartean espezializatutako erredaktorea / Redactor especializado en internacional

Trump tumba por pacatas las ayudas por el covid y pone en un brete a los republicanos

Con las ayudas a punto de expirar, Trump se niega a firmar su prórroga al considerarlas ridículas y arremeter, paralelamente, contra el «despilfarro» en los subsidios al extranjero en el nuevo presupuesto. Parecería un ataque a Biden, pero el objetivo del magnate son los republicanos.

El presidente saliente de EEUU, tras su comparecencia en la Casa Blanca. (Jim WATSON/AFP
El presidente saliente de EEUU, tras su comparecencia en la Casa Blanca. (Jim WATSON/AFP

El todavía presidente de EEUU, Donald Trump, ha amenazado con no firmar la ley de ayuda de emergencia económica de 900.000 millones de dólares contra el coronavirus, acordada esta semana por republicanos y demócratas en el Congreso, y ha tildado de «ridículas» las ayudas al desempleo.

«Le estoy pidiendo al Congreso que enmiende este proyecto de ley y aumente los ridículamente bajos 600 dólares a 2.000 o a 4.000», ha urgido el presidente saliente durante una comparecencia grabada desde la Casa Blanca publicada en su cuenta de Twitter.

El texto incluye ayudas económicas de hasta 600 dólares (490 euros) en función de los ingresos del destinatario, y un bono por desempleo de hasta 300 dólares (245 euros) por semana, así como una partida de 284.000 millones de dólares para que las empresas y negocios afectados por la crisis puedan hacer frente a los alquileres y a la nómina de sus trabajadores.

Un primer plan, con un monto gigantesco de 2,2 billones de euros, fue aprobado en marzo, cuando la primera potencia mundial cayó en la mayor recesión económica desde los años treinta por el coronavirus.

El plan incluyó entonces subvenciones semanales de 600 dólares por desempleado y cheques de 1.200 dólares por adulto. Estas ayudas se agotan el próximo sábado 26 de diciembre.

Su prórroga con el nuevo plan de estímulo necesita la firma de Trump y el magnate ha decidido apostar fuerte, en un intento de apuntalar su carrera política tras su salida de la Casa Blanca.

«Derroche»

Y no solo ha calificado de «vergüenza» el monto de las nuevas ayudas, sino que ha arremetido contra el «derroche» del proyecto de financiación para 2021 de la Administración estadounidense, aprobado en paralelo al plan anti-Covid tras meses de negociaciones entre demócratas y republicanos.

Así, en la línea de su «America First», el magnate denuncia que las las cantidades que Washington tiene previsto destinar para sus misiones en el extranjero durante los primeros meses del Gobierno demócrata son «mucho más elevadas que las que se les da a los estadounidenses».

Concretamente, ha cuestionado que se gasten millonarias cantidades en «asistencia» en países como Camboya, Birmania, Costa rica, El Salvador o Guatemala, así como para «programas de democracia y género en Pakistán», o que se destinen para Egipto y su Ejército 1.300 millones de dólares anuales sabiendo que «acabarán comprando casi exclusivamente equipamiento militar ruso».

Los demócratas también quieren más

El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, ha recordado al todavía presidente que fueron los republicanos quienes bloquearon la propuesta de esos cheques de 2.000 dólares que ahora reclama.

«Trump tiene que firmar el proyecto de ley para ayudar y mantener a la gente» ha escrito Schumer en su cuenta de Twitter. «Quizás Trump finalmente pueda ser útil y lograr que los republicanos no lo bloqueen nuevamente», ha añadido el demócrata, uno de los artífices del acuerdo.

La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, ha recogido el guante y, tras recordar que «los republicanos han rechazado repetidamente decir cuál era el montante que el presidente quería para las ayudas directas», ha añadido que los demócratas están dispuestos a aprobar esa ampliación a 2.000 dólares «esta misma semana. ¡Hagámoslo!»

La pelota, en el tejado de los republicanos

El senador republicano Lindsey Graham ha insistido en la necesidad de que el plan de ayuda, «aun siendo imperfecto», entre en vigor, «y cuanto antes mejor».  

Los republicanos no tenían tanta prisa cuando aquilataron las negociaciones para lograr finalmente que quedaran fuera del texto las posibles demandas al sector privado relacionadas con la crisis de la pandemia, así como la petición de muchos gobiernos estatales y locales de invertir en sus sistemas educativos y de salud públicos.

El líder de la minoría demócrata en el Senado, Schumer, criticó a los republicanos antes de la votación, y aseguró que «este proyecto de ley no puede y no será la última palabra sobre el alivio del Congreso» a la crisis provocada por la pandemia, pues es tan solo «un paquete de supervivencia de emergencia».

El proprio presidente electo, Joe Biden, ha calificado el plan como «un primer paso» y ha anunciado que pedirá el año que viene al Congreso un nuevo plan de apoyo a la  economía de EEUU. «Debemos trabajar implicando a ambos partidos. Solo así saldremos de esta», ha señalado el político, versado en las políticas de alianzas en Washington tras 35 años en el Senado y ocho como vicepresidente.

Pero Trump ha dicho «aquí estoy yo». Y su amenaza de dejar el paquete de ayudas en un cajón tiene como objetivo, más allá de la Administración Biden, al Partido Republicano. En una pugna interna por el liderazgo de la oposición que se antoja a cara de perro.