La situación del preso Antton Troitiño resultaría esperpéntica si no fuera por su gravedad, dado que sufre una enfermedad por la que está recibiendo quimioterapia, como reveló el lunes Etxerat. Cuando han pasado justo dos semanas desde que el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria le concedió la excarcelación por la vía del artículo 104.4, con un diagnóstico taxativo sobre su grave estado de salud, ahora se ha tomado la misma medida pero por otra vía diferente: la aprobación de la libertad condicional.
En teoría este procedimiento garantiza mejor que volverá a casa y podrá afrontar allí su enfermedad. Pero cualquier valoración queda a expensas de que se materialice la decisión, visto lo ocurrido hace dos semanas.
En aquella ocasión se concedió a la Fiscalía un periodo de cinco días hábiles para cuestionar la excarcelación; el Ministerio Público no lo hizo, pero entre tanto la liberación no se llevó a cabo y apareció esta segunda vía.
Junta de Tratamiento y JCVP
Este auto de libertad condicional, al que ha tenido acceso NAIZ, recoge los datos médicos sobre su estado que ya constaba en el anterior y añade que la Junta de Tratamiento de Estremera se posicionó a favor de la excarcelación este pasado viernes, día 22.
Indica que la Junta consideró que «el pronóstico de reincidencia es muy bajo por la situación de enfermedad y por la aplicación del artículo 104.4 del Código Penal». Y concluye así: «Procede acceder a la libertad condicional por enfermedad al amparo del principio de humanidad y respeto a la dignidad de las personas que exige nuestro ordenamiento jurídico». Lo firma el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, dependiente de la Audiencia Nacional.
Etxerat denunció el lunes este «laberinto democrático» y reclamó procedimientos humanitarios para todos los presos con enfermedades graves e incurables. Se da la circunstancia de que sus familiares han viajado ya dos veces a Madrid estas semanas para acompañarle en la vuelta a casa y han tenido que volverse de vacío.
Tras más de tres décadas de cárcel
Troitiño lleva ya más de tres décadas preso, en diferentes etapas. En la última condena impuesta por una imputación construida es cuando ha enfermado gravemente. Está cumpliéndola en la cárcel de Estremera, en Madrid.
Etxerat reveló además en la nota del lunes que notó los primeros síntomas en abril pasado pero no fue atendido hasta setiembre, y que la petición de libertad formulada en octubre ha sido respondida favorablemente en enero, tres meses más tarde.