El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha pedido «con efecto inmediato» la liberación del opositor ruso Alexei Navalny, argumentando «riesgos para su vida». En ese sentido, recuerda que los estados miembros de la Convención de Derechos Humanos «tienen la obligación de respetar» las medidas provisionales que pronuncia.

El texto indica que el Tribunal pide a Rusia «que libere al solicitante» y que «esta medida se aplica con efecto inmediato».

Navalny fue condenado en 2014 a tres años y medio de prisión por «estafa» a Yves Rocher, pero el TEDH decretó en 2017 que «no tuvo un juicio justo» y suspendió la condena. Sin embargo, a principios de mes el Tribunal de Moscú confirmó la misma condena.

Antes incluso de ese juicio, la defensa de Navalny acudió a la justicia europea para recurrir su encarcelamiento. Para ello, recordó que en agosto enfermó gravemente y, tras salir de Rusia, fue hospitalizado en Berlin, alegando que había sido envenenado y preguntar si, en una prisión rusa, la vida del opositor corría riesgo. A su regreso, el 17 de enero, volvió a ser detenido y el día 20 interpuso el recurso en Europa, que ha respondido en apenas tres semanas. El arresto provocó unas protestas en toda Rusia que dejaron más de 11.000 detenciones.

El 26 de enero, el Gobierno ruso respondió indicando que el solicitante estaba detenido «en una instalación debidamente vigilada» y que su celda estaba bajo vigilancia. Asimismo, defendió que el solicitante tenía acceso a comunicaciones, llamadas telefónicas y que había sido visitado por sus abogados y miembros de la comisión de vigilancia pública en varias ocasiones. Sin embargo, una semana más tarde Navalny insistió en que «el Gobierno no podía proporcionar suficientes garantías para su vida y salud». Hoy, el TEDH le ha dado la razón.

Rusia no liberará a Navalny

El ministro de Justicia de Rusia, Konstantín Chuichenko, sin embargo, ha rechazado aceptar la petición del TEDH. «La exigencia sobre la liberación de Navalny es algo sin precedentes por muchas razones. Primero, es una clara y burda injerencia en el funcionamiento del sistema judicial de un país soberano y, segundo, es una reclamación infundada e ilegítima», ha comunicado a la agencia Interfax.

El ministro ha agregado que la demanda del TEDH «no cita ninguna prueba, ni ninguna norma que permitirían al tribunal a tomar la decisión» de liberar al opositor.

Además, ha señalado que la petición no puede cumplirse porque «de acuerdo con la legislación rusa, no hay motivos legales para la liberación» de Navalny.