El excepcional momento que atraviesa el cine realizado en Euskal Herria quedó refrendado anoche en la 35 gala de los premios Goya, una ceremonia atípica y no solo por su carácter telemático, que llevó a los nominados a conectarse desde sus domicilios, sino por su sobriedad, una sobriedad acorde con este año luctuoso que nos ha tocado vivir. Eso no significa que fuera una gala fría o exenta de emociones, mucho menos para los profesionales del cine vasco que desde primera hora empezaron a recolectar galardones. En ese sentido, la gala de anoche recordó mucho a la de 2017 cuando ‘Handia’ comenzó arrasando de manera sorpresiva enlazando un premio con otro. Ayer fue ‘Akelarre’ la que, de una tacada, se hizo con tres de los cuatro primeros Goyas que se entregaron: vestuario, maquillaje y efectos especiales.
Abrió la veda la figurinista Nerea Torrijos, visiblemente emocionada por un reconocimiento que, según reconoció, en declaraciones a NAIZ al término de la ceremonia: «No me esperaba para nada. De hecho, desde que se anunciaron las candidaturas había estado muy tranquila, solo hoy según se iba acercando la gala he comenzado a experimentar algo de nerviosismo». La diseñadora de vestuario bilbotarra nos comentó, además, que los cinco premios logrados por el filme (a pesar de no ser incluida en la categoría de mejor película, ‘Akelarre’ fue el título más galardonado de la noche) suponen «un reconocimiento a todos los técnicos que trabajamos en la película ya que fue un rodaje duro, exigente». Torrijos cree, asimismo, que dichos galardones reflejan el momento dulce por el que atraviesa el cine vasco «se ha demostrado que somos gente muy creativa, trabajadora, echada para adelante y muy exigente con nuestro trabajo».
Junto con los Goya referidos, ‘Akelarre’ obtuvo también los de mejor dirección artística para Mikel Serrano y el de mejor banda sonora para Aránzazu Calleja y Maite Arroitajauregi quienes agradecieron el premio usando como base la melodía que compusieron para la película. «Tampoco hay que darle muchas vueltas a esto, pero mola el rollo de sentirse princesas por un día» nos decía tras la ceremonia Maite Arroitajauregi quien, a pesar de todo, confesó que cuando anunciaron sus nombres «estaba superemocionada pero eso ya me venía del principio de la gala, de cuando nos enteramos que el primer Goya era para Nerea».
En este sentido, la compositora reconoció que todos los premios conseguidos por la película, al margen del suyo, la hacían muy feliz. También el de Jone Laspiur, mejor actriz revelación por ‘Ane’: «Fui yo la que le animó a que se presentase al casting de ‘Akelarre’, después de aquello hizo ‘Ane’ y ahora ahí la tienes, con su Goya».
Cara de sorpresa de Laspiur
La cara de sorpresa de Jone Laspiur al recibir su premio fue uno de los momentos más conmovedores de los primeros compases de la ceremonia y un indicio de lo reforzada que saldría ‘Ane’, la modesta ópera prima de David Pérez Sañudo, que, con sus cinco candidaturas, casi hizo pleno. Únicamente se le escaparon los Goya a la mejor película y a la mejor dirección novel, ambos perdidos frente a ‘Las niñas’, a la postre gran triunfadora de la noche.
No obstante, las tres estatuillas obtenidas fueron mucho más de lo que esperaban los responsables del filme: «Este tipo de premios lo que te dan es una confianza tremenda porque al venir del corto y enfrentarte a tu primer largo, estás lleno de inseguridades», reconocía a NAIZ David Pérez Sañudo a quien el Goya a Jone Laspiur le pilló tan de sorpresa como a la propia actriz: «He tardado en reaccionar porque no me lo esperaba, estaba tan relajada pensando en que no iba a ganar que no me había preparado ni el discurso de agradecimiento», nos confesaba la joven intérprete donostiarra a la par que reconocía que pasada la emoción inicial lo que toca es digerir un galardón que interpreta como un reconocimiento hacia el cine vasco: «Esto ya viene de largo, de cuando películas como ‘Loreak’ o ‘Errementari’ consiguieron aceptación a nivel estatal y ser parte de eso es un orgullo porque además, como espectadora, es el cine que me gusta y tener la posibilidad de trabajar con gente que para ti son referentes, como actriz es lo máximo».
De los tres galardones conseguidos por ‘Ane’ quizá el más previsible pero no por ello el menos emotivo fue el logrado por Patricia López Arnaiz como actriz protagonista: «La verdad es que cuando le han dado el Goya a Jone me he vaciado tanto que luego ya estaba como más relajada, pero después de recibir el mío y del discurso de agradecimiento he subido un momento a la habitación y me ha entrado un tembleque y una llorera… Supongo que ahí es cuando he liberado ya toda la emoción contenida».
La gasteiztarra se convierte de este modo, en la primera intérprete en lograr el Goya como protagonista por un papel hablado en euskara: «Es algo que siento que le da un valor añadido a este premio. Aunque yo disto de ser un ejemplo de euskalduna perfecta, es un idioma que amo».
Triunfo de «Las niñas» y las mujeres
Más allá de este éxito rotundo para el cine vasco, la 35 edición de la gala de los Goya será recordada por el triunfo de ‘Las niñas’, un filme cuya victoria traducida en cuatro galardones (Película, Guion Original, Dirección Novel y Fotografía) deja, al menos dos lecturas. Una, el reconocimiento hacia el cine independiente. Como se encargaron de recordar en diversos momentos de la ceremonia, este año han sido las pequeñas productoras y distribuidoras las que han dotado de contenido a las salas de cine dándoles algo de aire en un momento crítico para el sector del que otros (las grandes multinacionales retrasando sus estrenos más esperados y, en el caso del Estado español, las grandes corporaciones de medios) han preferido escabullirse reservándose sus bazas para cuando el público recupere el hábito de acudir a las salas.
La otra lectura que deja el triunfo de ‘Las niñas‘ (y también el de ‘Ane’ y ‘Akelarre’) tiene que ver con el empoderamiento de las mujeres en la industria audiovisual estatal. En unos Goya donde por primera vez se rozó la paridad (el 41% de los nominados eran mujeres), los títulos más reconocidos han sido aquellos donde los personajes femeninos llevan el peso del relato, algo que no es casual si atendemos a que muchos de ellos han sido escritos o dirigidos por mujeres. «Es algo que ya viene de largo- reconoce Patricia López Arnaiz-. Desde el momento en que se han eliminado obstáculos y trabas y hemos podido expresarnos en igualdad, ha emergido una generación de mujeres cineastas con muchas cosas que contar. El talento estaba ahí, solo hacia falta que aflorase».
«Tenemos que conseguir hacernos más visibles -comenta la compositora Maite Arroitajauregi (Musergo)- Somos la mitad de la población y si no nos contamos nosotras ¿Quién va a hacerlo? Ya es hora de que cambiemos». David Pérez Sañudo, por su parte, cree que «las mujeres están aportando una nueva mirada en el cine y no solo en aquellas películas que dirigen. En ‘Ane‘ por ejemplo, mi labor ha estado guiada por el trabajo de Marina Parés, guionista, de Patricia y de Jone como actrices y de las productoras Elena Maeso y Katixa De Silva. Y esa mirada es muy necesaria porque nos está enseñando muchas cosas».