Llueve sobre mojado con la explotación laboral, especialmente de trabajadores inmigrantes sin papeles, en Euskal Herria. Tras los conocidos casos de Huerta de Peralta en Azkoien o el hotel Castillo de Javier de Iruñea, o los más recientes de Zamudio (26 horas seguidas de trabajo a cinco euros por hora) o Azpeitia (que derivó en el suicidio del joven Luis Enrique Soriano), ahora es el empresario vizcaino de una conocida marca muy en boga (La Gilda del Norte) quien está imputado bajo gravísimas denuncias.
El caso ha ido trascendiendo en los últimos meses pero es ahora cuando ‘Eldiario.es’ ha tenido acceso a información exhaustiva sobre la investigación. En ella se apunta a la explotación laboral de un total de 25 personas, en su mayoría de origen extranjero y que no tenían regularizada su situación, lo que les convertía en presa fácil para todo tipo de abusos.
Los detalles son elocuentes por su gravedad. Siempre según la investigación policial, puesto que el empresario no ha sido juzgado todavía y parece ser que ni siquiera detenido, estas personas no solo estaban sin contrato y cobrando por debajo del Salario Mínimo Interprofesional, sino que se les emplazaba a esconderse en un congelador cuando llegaba la inspección o a acudir a trabajar con covid, una circunstancia que ya se denunció en el caso de Azpeitia.
Al contrario de lo ocurrido en Zamudio, el empresario ni siquiera habría sido detenido, según han sostenido en varios medios, aunque sí interrogado por la Policía española. Fue en el mes de junio, y le tomaron las huellas dactilares y tres fotografías, aunque el imputado no quiso responder a las preguntas, en la comisaría de Indautxu (Bilbo). Por supuesto, el caso tampoco ha llegado a condena por el momento, como sí pasó en el citado ejemplo del hotel de Iruñea.
Conminada a abortar, denuncia una joven nicaragüense
Dentro de esa estrategia de «coacciones» (una de las imputaciones que pesan sobre el empresario), el detalle que más sobresale es la afirmación de una trabajadora de que fue despedida por quedarse embarazada y negarse a abortar. Esta empleada, migrante natural de Nicaragua y de 27 años según detalla ‘Eldiario.es’, fue conminada a interrumpir el embarazo ofreciéndole incluso costear los gastos, que ascenderían a 400 euros. Al negarse a ello, resultó despedida. Es uno de los extremos que niega tajantemente el empresario, que sostiene que está siendo víctima de denuncias falsas de estos trabajadores.
Según diferentes medios, la Policía española no llegó a tomar declaración al empresario hasta junio de este año, pese a que las inspecciones ya habían detectado claros indicios de vulneración de los derechos de los trabajadores tanto en las instalaciones de Basauri (diciembre de 2020) como de Lezama (en mayo de este año).
En el momento actual, el caso ha pasado a manos del juzgado de instrucción número 1 de Bilbo, donde cabe suponer que tendrá que declarar próximamente.
La Gilda del Norte es una empresa dedicada a producir y comercializar este conocido producto, ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años y además de las plantas citadas tiene tres locales de venta en Bilbo.
«Los inmigrantes irregulares se encuentran con un muro cuando denuncian la explotación laboral», subrayaba a NAIZ hace unos meses la abogada Izaskun Hurtado de Saratxo, especializada en este tipo de casos, en entrevista de Asier Robles.