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Dimite el primer ministro de Sudán por el fracaso de su pacto con los golpistas

El primer ministro de Sudán, Abdala Hamdok, ha dimitido este domingo al constatar el fracaso de su acuerdo con los golpistas y en protesta con la muerte de otros tres manifestantes por la represión del Ejército, que no ha cesado.

Manifestantes llevan a una mujer herida en las protestas de este domingo.
Manifestantes llevan a una mujer herida en las protestas de este domingo. (AFP)

El primer ministro de Sudán, Abdalá Hamdok, ha anunciado este domingo su dimisión en protesta por la muerte de otros manifestantes en las protestas para exigir la salida del Ejército del poder y al constatar el fracaso de la asociación con los generales para llevar a su país a la democracia tras 30 años de dictadura. Este domingo han muerto al menos tres manifestantes en unas multitudinarias marchas en la capital, Jartum.

Hamdok ha reprochado al Ejército haber incumplido un acuerdo firmado entre las fuerzas civiles y militares que incluía un compromiso de evitar el derramamiento de sangre. «Hemos presentado varias iniciativas que han caído en oídos sordos», se ha lamentado.

Hamdok ha explicado que el Gobierno de transición ha afrontado desafíos como el aislamiento internacional, la corrupción y la deuda. Considera sin embargo que se han logrado importantes avances en particular en el ámbito de la pacificación.

«Hemos hecho un esfuerzo para sacar al país del aislamiento internacional y volver a integrarlo en la comunidad internacional. El pueblo tiene la autoridad final y las fuerzas de seguridad están bajo sus órdenes para mantener su unidad», ha añadido.

El discurso televisado ha sido pronunciado en el 66º aniversario de la independencia de Sudán y en el tercer aniversario de la salida del poder del dictador Omar Hasan al Bashir.

Abdallah Hamdok hizo carrera en organizaciones internacionales y regionales, en particular como subsecretario ejecutivo de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África, y regresó a Sudán a raíz de la revuelta que derrocó a Omar al-Bashir en 2019.

La esperanza tras la revuelta

Tomó las riendas del poder para organizar las primeras elecciones libres después de tres décadas de militares. El pasado 25 de octubre en la madrugada, los soldados irrumpieron en su domicilio, llevándolo con su esposa ante el general Abdel Fattah al-Burhane, el jefe del Ejército que poco después anunció la disolución de todas las instituciones del país y puso fin de facto al régimen de transición.

Un mes después, el 21 de noviembre, el primer ministro fue liberado del arresto domiciliario y regresó a su cargo en virtud de un acuerdo con el mismo general Burhane. Al mismo tiempo, los manifestantes, que exigían su liberación, le acusaron de «traidor» al aliarse con el Ejército

Hamdok dijo querer detener el derramamiento de sangre ante una represión que ha dejado ya unos cincuenta muertos y salvaguardar «los logros de la revolución». Pero el 19 de diciembre, con motivo del tercer aniversario del lanzamiento de la revuelta, reconoció «un gran paso atrás en el camino revolucionario», denunciando la violencia y el bloqueo político.

Finalmente ha anunciado su renuncia el domingo, en un discurso televisado a la nación. «Hice todo lo posible para evitar que el país se deslice hacia el desastre, mientras hoy atraviesa un peligroso punto de inflexión que amenaza su supervivencia (...) ante los conflictos entre los componentes (civiles y militares) de la transición ( ...) A pesar de todo lo que se ha hecho para llegar a un consenso (...) esto no ha sucedido», ha explicado.

Había obtenido un alivio considerable de la deuda nacional y el levantamiento de las sanciones estadounidenses, así como un acuerdo de paz en octubre de 2020 con una coalición de grupos rebeldes, pero en un país sin infraestructuras básicas la austeridad económica solo ha aumentado el descontento de una población empobrecida por la inflación a más del 300%.

Además, ante los todopoderosos militares, su Gobierno nunca ha logrado obtener justicia para los familiares de los más de 250 muertos por la represión de 2019. Desde el golpe de Estado del 25 de octubre, se han agregado 56 nuevas muertes a esta larga lista de familias en duelo, las últimas tres este mismo domingo, en unas protestas que no han terminado.